sábado, 20 de junio de 2009

Mil millones de hambrientos, y el manifiesto por un México Social. Periódico La Crónica

Saúl Arellano
Domingo 21 de Junio, 2009
Hora de modificación: 00:19
Nunca, como ahora, hubo tantas personas hambrientas sobre el planeta. La FAO lo destaca como nota principal en su sitio electrónico y nos advierte que la cifra alcanzó un récord histórico este 2009. A diferencia de otras ocasiones, el hambre que se padece hoy y que afecta a 1,020 millones de personas, se debe fundamentalmente a la crisis económica más que a las malas cosechas o la insuficiencia de alimentos disponibles en el mundo.En México tenemos a 50 millones de pobres y es probable que este año contribuyamos, a pesar de lo que dicen los datos oficiales, con cerca de 16 millones de hambrientos a la terrorífica cifra que nos da la FAO.Ante esta realidad, es de destacarse que un grupo de 57 prestigiados académicos de la UNAM integrantes del Seminario Universitario de la Cuestión Social, (coordinado por Rolando Cordera, Mario Luis Fuentes y Alicia Zicardi), han lanzado un poderoso texto titulado “Manifiesto por un México Social”, en el que llaman a realizar ya la reforma social del Estado.El peso de los nombres de los firmantes del manifiesto debería llevar al gobierno a repensar su política social y más aun, a aceptar la convocatoria de generar un amplio diálogo político y social a fin de reducir a la brevedad el número de pobres que tenemos en el país, pero sobre todo, a fin de reconstruir la economía nacional con un objetivo central: potenciar el crecimiento económico para garantizar la equidad y los derechos sociales.Lo que expresa el Manifiesto es que no sólo urge reformar los programas sociales, sino dar un vuelco de 180 grados a la manera en cómo los ayatolas del libre mercado han pensado y, en consecuencia, cómo han construido las políticas económicas del país, dejando sólo como un asunto residual, el combate a la pobreza y la reducción de la desigualdad.Se trata de reconstruir al mundo del trabajo, hoy fracturado, y de generar políticas capaces de enfrentar los dilemas de una complejidad social que hoy nos abruma y que se traduce en el dolor, la desesperación y la frustración de quienes han sido literalmente echados a la calle como producto de la crisis.Debe destacarse la enorme falsedad que implica decir que esta crisis “vino de afuera”; ésta ya estaba instalada en nuestro país por los raquíticos resultados de “misceláneas fiscales” que están diseñadas más para beneficiar a los amigos de los decididores hacendarios que para reconstruir a la economía nacional. No se han creado empleos ni suficientes ni de calidad en los últimos 8 años, y el fracaso de las políticas gubernamentales se hace evidente en la incapacidad de impulsar y garantizar el bienestar de todos los mexicanos.El campo sigue arrastrando los rezagos estructurales que hacen que ahí sea en donde hay más hambre. Por ello destaca que a la fecha, sólo la SRA nos ha dado información sobre los avances en el ejercicio presupuestal para el campo (entre 70 y 80% de los recursos asignados). De los programas de SAGARPA, dice la ASF, sabemos muy poco no sólo en su ejercicio, sino en su efectividad.El llamado de la Universidad, a través del grupo de académicos mencionado, quienes han acreditado a lo largo de más de 20 años estar preocupados por el tema de lo social no es menor. La voz de la UNAM, la mejor universidad de Iberoamérica, debería entenderse como un reclamo ético a los fanáticos del libre mercado y sus operadores, que ven en cualquier crítica a sus modelos, anatemas a los que debe combatirse con toda la fuerza de la persecución hacendaria.Un gobierno que no tiene como objetivo generar bienestar social y cumplir a cabalidad con los derechos humanos, no merece ser reconocido como tal, pues su vocación consiste en consecuencia en fungir como una patética gerencia de los intereses de los poderes fácticos que se han aposentado en las más importantes estructuras de decisión del país.En los últimos años hemos ido acumulando profundos agravios sociales, provocados por la corrupción y la incompetencia: asesinatos de periodistas, violaciones a derechos humanos de mujeres en el caso de Atenco, tremendas violaciones a los derechos humanos e irregularidades en el caso del “News Devine”, y ahora el doloroso caso de la guardería ABC, todo ello enmarcado en la pérdida de miles de empleos que nos da 2.3 millones de personas desempleadas que se debaten todos los días entre precarias alternativas para llevar algo de comer a su casa.Estamos ante un caldo de cultivo que puede ser verdaderamente explosivo, y ante el cual las autoridades no pueden simplemente cerrar los ojos. Todavía estamos a tiempo de construir un proyecto que en 20 años nos lleve, de ser uno de los países más inequitativos del planeta, a uno justo e incluyente; de eso se trata el Manifiesto por un México social. Esperemos que los políticos comprendan la importancia y el alcance de tal propuesta, y que se comprometan, no a andar firmando populacheramente compromisos, sino a reformar estructuralmente al país para lograr vivir, todos, con dignidad.

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