sábado, 13 de junio de 2009

Se autoasignan un millón y quieren que les creamos. Periódico La Crónica

Saúl Arellano
Domingo 14 de Junio, 2009
Hora de modificación: 22:25
¿Cuántos niños muertos se requieren para que se declare luto nacional? Al parecer 46 no son suficientes. Esto no se comprende al pensar por ejemplo en que, cuando ocurrió la lamentable muerte del entonces Secretario de Gobernación, el Gobierno federal fue contundente en la declaración del luto nacional, e incluso el líder de los diputados priistas, de acuerdo con las notas de la prensa el 6 de noviembre de 2008: “calificó de acto insólito la muerte de Juan Camilo Mouriño, y anticipó que en estos momentos no hay ánimo entre los grupos parlamentarios para aprobar el Decreto de Presupuesto de Egresos para el Ejercicio fiscal del 2009”.Es válido traer a cuento este hecho, porque en medio de la tragedia que implica lo que Rafael Cardona llama acertadamente en su columna del ayer “un asesinato múltiple”, en la guardería ABC de Hermosillo, las y los diputados sí tuvieron ánimo para aprobar asignaciones presupuestales para garantizar su retiro del cargo que hoy ostentan.Según lo publicado en varios diarios, las y los diputados del Congreso de la Unión recibirán en agosto, por su “retiro”, un millón 168 mil 948 pesos. Por cada niño fallecido en la guardería ABC sus familias recibirán 150 mil pesos. El cinismo y la grosería que esto implica son simplemente inauditos. Lo esperable en términos éticos sería otra cosa; empero ya sabemos que la moral en San Lázaro se entiende tal y como la concebía Gonzalo N. Santos: “La moral es un árbol que da moras”.Sólo estos datos bastarían para justificar que la ciudadanía salga el próximo 5 de julio a anular su boleta electoral y a enviarles así un mensaje de repudio a los políticos que van a ir a San Lázaro, en su inmensa mayoría, a hacer prácticamente lo mismo que los que ya se van: defender sus intereses y los de sus grupos.Una democracia implica la defensa a ultranza de la libertad de expresión y del derecho a disentir. Hoy, ante la propuesta que muchos hacemos de reclamar a los políticos, vía la anulación del voto, se han hecho manifiestas justamente el autoritarismo de quienes se rasgan las vestiduras defendiendo la plutocracia imperante en México, generando con ello paradojas que no hacen sino ratificar que de demócratas no tienen nada.El ejemplo más reciente se dio en el PRI. Dulce María Sauri hizo un llamado a anular el voto e invita a que los ciudadanos escribamos en la boleta “así no”. El argumento: “los partidos están secuestrados por los poderes fácticos del país”.Sauri tiene, desde mi perspectiva, razón; empero, en lugar de abordar y asumir el debate desde los argumentos, un amplio sector del PRI enfiló sus baterías en su contra, e incluso personajes como Carlos Flores, hicieron un llamado a su expulsión del PRI. No se les vio a estos personajes así de prestos y estrictos con la disciplina del partido cuando, por ejemplo, Mario Marín fue acusado de haber ordenado la detención y tortura de Lydia Cacho, o como cuando los diputados locales del PRI han aprobado vergonzantes reformas constitucionales en las entidades para penalizar la interrupción voluntaria del embarazo, entre otras complicidades haciéndose “de la vista gorda”, o participando directamente en la generación de retrocesos importantes al marco de libertades de que gozamos los mexicanos.En los otros partidos la tendencia es la misma: el PRD sigue dando, una semana sí y otra también, ejemplos lamentables de pleitos internos y de incapacidad de generar propuestas viables para el país.En el PAN las cosas son mucho peores: el gobierno está dedicado a sacar adelante, no un proyecto de país, sino un proyecto electoral que nadie sabe bien a bien para qué sirve. Si ratifican la mayoría que ahora tienen en el Congreso; ¿van a crear más empleos? Si la economía está en recesión y en caída libre. ¿Van a mejorar las condiciones de seguridad? Si teniendo la mayoría de diputados su política en la materia es más que cuestionable. ¿Van a abatir la pobreza? Si en lo que va del sexenio se estima que ya tenemos tres millones más de pobres, y desde luego, los que se acumulen la próxima semana.Así las cosas, los políticos se rasgan las vestiduras y nos dicen que el voto anulado será un voto inútil. Yo digo que lo inútil sería creerles que “ahora sí están escuchando a la ciudadanía”, o que es importante votar por ellos porque si no el país va a ir rumbo al caos. Ahí es donde ellos lo han colocado y es de donde los ciudadanos les exigimos sacarlo.En un una mesa de debate en Imagen Informativa, realizada el pasado jueves, el senador del PAN, Federico Döring, a pregunta expresa de si los partidos van a “escuchar” el reclamo de los ciudadanos que anularemos nuestro voto, respondió que no y que prácticamente no le importa. Eso sí, él percibe ingresos por más de 150 mil pesos mensuales; y sus correligionarios en San Lázaro se irán con el ya mencionado bono de más de un millón de pesos. En buenas manos estamos.

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