sábado, 9 de octubre de 2010

Los ciudadanos y los medios. Periódico La Crónica

Saúl Arellano | Opinión
Domingo 10 de Octubre, 2010
http://www.cronica.com.mx/notaOpinion.php?id_nota=537067 


Tenemos en México una extraña tendencia hacia la autoflagelación. Cuando hablamos de nuestros males nacionales, las generalizaciones fluyen y el argumento del “todo está mal y nadie hace nada” se pronuncia casi siempre en tono doctoral.

También se encuentra la idea extendida de que los mexicanos somos como los cangrejos: “cuando alguien intenta salir de la cubeta, los de abajo lo jalan para que no lo logre”; y algo hay de cierto en esta aseveración. Es de uso corriente, por ejemplo, que a las niñas y niños que más estudian se les catalogue de “barberos”, “matados”, “nerds”, “extraños”, “desadaptados” y un largo etcétera.

Empero, frente a estas ideas vale la pena preguntar: ¿de verdad no tenemos remedio los mexicanos? ¿De verdad nada se hace y todos somos una horda de trogloditas que no tenemos la capacidad de ser solidarios?

Hay evidencia de que las cosas no son así; hace poco se conmemoró un aniversario más del terrible sismo de 1985, y además de la tragedia, lo que más se recuerda es el valor y el arrojo de una sociedad que desbordó al gobierno en inteligencia, acción y compromiso con los afectados.

Así también, cada que hay un huracán o cualquier otro desastre natural, la gente se vuelca a los centros de acopio y se muestra solidaria con nuestros hermanos en desgracia. Y aún más, en casos como el terremoto de Haití, fue el pueblo mexicano uno de los que más ayuda aportaron al grado de que una vez más, desbordaron las capacidades de las autoridades para recibir adecuadamente la ayuda entregada por millones de personas.

Somos un gran país atribulado por muchos problemas, no hay duda; pero soy de los que nos resistimos a creer que nada puede hacerse y que lo poco que pueda conseguirse con la acción ciudadana no tiene sentido ni impactos positivos.

Por eso es importante destacar la nueva tendencia que se ha generado, desde la cual se han construido nuevas alianzas entre la sociedad civil y los medios de comunicación. Esta nueva forma de inteligencia social es muy importante y debe potenciarse. Y en ese sentido, es una gran noticia que los medios tengan cada vez más autonomía y que se pongan cada vez más del lado de la sociedad, cumpliendo con ello la tarea fundamental que les asigna la Constitución y nuestras leyes.
El Premio La Crónica que se otorgará el próximo día 13 de octubre es un ejemplo de esto que aquí se habla. Una iniciativa que surge para reconocer a destacadas mexicanas y mexicanos sin mayor propósito que destacar mucho de lo mejor que tenemos, y mostrarnos que México sí tiene futuro y que en nuestro país sí hay muchas cosas que se están construyendo y logrando a pesar del Gobierno y de los políticos.

La mayor lección que podemos obtener de este tipo de iniciativas es que si los ciudadanos y los medios podemos ir de la mano en la brega por un país más justo y generoso, podremos resistir todo lo que venga y vamos a construir muy rápido una verdadera democracia que no esté atrapada por las perversas lógicas de poder en que hoy se encuentra.

Una de las virtudes de mayor calado que nos enseñaron nuestros abuelos es la de la generosidad. Palabra hermosa que es definida por la Real Academia de la Lengua como “nobleza heredada de nuestros mayores”, pero también como la “propensión del ánimo a anteponer el decoro a la utilidad y al interés”.

Esto es justamente lo que va a poner en práctica La Crónica con el otorgamiento de este premio, y lo deseable es que más medios pudieran retomar la iniciativa y que se generase —¿por qué no?— una sana competencia en el ánimo de convertirse en quien mejor puede reconocer a los mexicanos ejemplares que están dando su tiempo, talento y a veces hasta su proyecto de vida, para construir una nación más justa.

México puede ser un país más bonito. Uno en el que la mayoría podamos actuar en libertad y realizar nuestros proyectos de vida. Podemos ser un país con acceso a más educación, con menos violencia, con mejor salud, con menos corrupción, con mayor equidad social.

Se trata de convencernos a nosotros mismos que no es por la vía de la queja permanente como vamos a transformarnos en un mejor país. Antes bien, lo importante es saber que el cambio, más allá de los lugares comunes, podemos comenzarlo cada quien desde nuestros espacios: siendo mejores estudiantes, mejores padres, mejores hijos, mejores ciudadanos.

No podemos merecer un mayor bienestar si no luchamos por él. Dice Silvio Rodríguez en una de sus canciones, que la libertad sólo es visible para quien la labra; y es el momento de darnos cuenta que nadie, sino nosotros mismos, va a otorgarnos aquello que no exijamos y aquello que no estemos dispuestos a construir.

México es cuna de personas ejemplares y de movimientos históricos de alcance mundial, y es hora de asumir el valor de reconocernos y de ser generosos unos con otros. Enhorabuena por La Crónica y por esta importante iniciativa.

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