domingo, 21 de noviembre de 2010

Urge que ya nos pongamos de acuerdo. Periódico La Crónica de Hoy

Saúl Arellano. Opinión
Domingo 21 de Nov., 2010
http://www.cronica.com.mx/notaOpinion.php?id_nota=545363

La polarización social se percibe en todos los espacios y ámbitos de la vida política, social y cultural de nuestro país. El desánimo cunde y el pesimismo se convierte en la actitud dominante de los principales actores y tomadores de decisiones en todos los niveles y órdenes.

El vacío de poder, que cada vez más parece no sólo ensancharse sino prohijarse desde Los Pinos, nos ha llevado a una profunda ausencia de liderazgo y de capacidad de conducción de un proyecto nacional capaz de cohesionar y de articular una serie de procesos virtuosos de mejoría constante y progresiva.

En todo el mundo, la crisis ha dejado una estela de confusión y desolación que, mientras que para nosotros se ha convertido en parálisis, en otras latitudes ha sido tomada con seriedad, madurez y con una enorme capacidad de diálogo y debate para la construcción de soluciones de corto y largo plazo.

Uno de estos ejemplos se encuentra en la llamada “Propuesta Transforma España”, impulsada por la Fundación Everis, una organización de la sociedad civil en aquél país, que tuvo la capacidad de convocar a cien destacadas personalidades, no sólo para debatir, sino para construir un documento de
propuesta de solución a los problemas más graves que enfrenta aquella nación.

Uno de los elementos que más llama la atención en el documento de 120 páginas, es el subtítulo: “Una visión optimista pero contundente de la sociedad civil de España”.

SI bien es cierto que no se puede copiar al calce lo que se está haciendo en otras regiones para enfrentar la crisis, lo es también el hecho de que podemos aprender lecciones sobre el método para dialogar en civilidad y construir propuestas viables para crecer y generar una economía dinámica, competitiva y diseñada para el bienestar.

El documento de la Fundación Everis se estructura desde una lógica de simplicidad que constituye precisamente su enorme fortaleza: ofrece una introducción; desarrolla con precisión un diagnóstico; y ofrece finalmente una propuesta de solución.

Al respecto vale la pena señalar que el diagnóstico que debe construirse para México debe tener el arrojo —la contundencia como lo señala la Fundación Everis—, de abordar temas que hasta ahora son tabú en nuestro país. Por ejemplo, la urgencia de defender a las organizaciones sindicales, pero simultáneamente garantizar que éstas sean democráticas y transparentes en el manejo de los
recursos.

Otro tema que debe abordarse es la urgencia de abrir el monopolio que ejercen los partidos políticos en el juego democrático, y abrir mecanismos y procedimientos de consulta y participación ciudadana, a fin no sólo de establecer en la Constitución figuras como el plebiscito, el referéndum y la Iniciativa Popular, que ya funcionan en distintas entidades de la República.

Al contrario de lo anterior, la falta de diálogo y la capacidad de consenso nos ha frenado en múltiples espacios y proyectos; uno de los casos más recientes y visibles, fue el de Atenco, en donde por un lado los machetes, y por el otro la necedad y la estulticia gubernamental, dislocaron el proyecto del nuevo
aeropuerto que urgía tanto no sólo para el Distrito Federal sino para el país.

Otro caso es el de la llamada Refinería del Bicentenario, proyecto en el que se provocó una insana competencia entre gobiernos estatales, y que derivó en una falta de acuerdo y consenso que aún hoy mantiene estancado, por la incapacidad del gobierno, el inicio de la construcción de esta mega obra.

En el estado de Guanajuato, el próximo 5 de diciembre, se llevará a cabo un plebiscito para determinar si la población aprueba o desaprueba un acuerdo del Ayuntamiento de la Ciudad, por el que se autorizó el cambio de uso de suelo de un predio, y en el que se tiene proyectado un desarrollo de cerca de cuatro mil empleos.

Una vez más, en este último caso, ha sido la falta de capacidad para acercar a las partes involucradas, y con base en el diálogo inteligente, generar soluciones colectivas compartidas, a fin de garantizar por un lado, que la viabilidad ecológica no se comprometa, pero que por otro puedan generarse alternativas de desarrollo económico que generen los empleos que tanto nos urgen para elevar el bienestar de la población.

La lección que podemos retomar del ejercicio realizado por la Fundación Everis es el reconocimiento de que España no es un líder en la sociedad del conocimiento; que es un país globalmente poco atractivo; y que carece de la identidad requerida para impulsar un proyecto nacional de largo alcance.

Si esto se percibe en un país como España, que ocupa el lugar 19 en el Índice del Desarrollo Humano, hace falta que en nuestro país se deje de lado la arrogancia de la Presidencia de la República y se convoque a un Gobierno de Transición que permita consensuar un nuevo pacto-país, y que nos lleve al
reconocimiento de que no somos competitivos, que no tenemos una economía atractiva basada en el conocimiento, que nuestra identidad está fracturada y que el liderazgo de los políticos está agotado.

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