domingo, 28 de noviembre de 2010

Los costos de un gobierno mojigato. Periódico La Crónica de Hoy

Saúl Arellano, Opinión
Domingo 28 de Nov., 2010
http://www.cronica.com.mx/notaOpinion.php?id_nota=546782

Los resultados preliminares del Censo de Población y Vivienda 2010 deben encender las luces de alarma para los gobiernos en todos sus niveles y órdenes. En primer lugar, deberían llevar a un inmediato replanteamiento del Presupuesto de Egresos de la Federación, y plantear las reasignaciones requeridas para garantizar el adecuado cumplimiento de los derechos sociales de toda la población.

La cuestión es tan grave que debería provocar, desde una posición de responsabilidad pública, la revisión integral de los principales programas sociales, así como la reconfiguración de la planeación del desarrollo nacional y del sistema de políticas públicas, que además de encontrarse atrapadas en una
indeseable inercia, han resultado a todas luces ineficaces en lo que a generación de bienestar y equidad se refiere.

El hecho de que el Censo nos dé información respecto a que en México somos ya 112.32 millones de habitantes, es la mayor muestra de la infinita irresponsabilidad en la que el Gobierno de Felipe Calderón ha incurrido en los últimos años al debilitar y fracturar las políticas de cumplimiento de los
derechos sexuales y reproductivos de la población.

La Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID 2009), había alertado del inmenso grado de insuficiencia de los servicios de atención a la salud reproductiva, principalmente de mujeres entre los 15 y los 49 años, y de los adolescentes y jóvenes en general.

Aunado a ello, la complicidad de los gobiernos priistas haciendo el juego a los grupos conservadores de poder que han presionado a lo largo de país para impulsar una nueva oleada de políticas regresivas, en lo que a salud reproductiva se refiere, nos sitúa hoy en una circunstancia límite en la que tendrán que replantearse todas las metas y objetivos que se habían considerado en los últimos años.

Todos los promedios nacionales en las áreas clave del desarrollo que se habían considerado tendrán que someterse a revisión. Por ejemplo, si el porcentaje de analfabetismo en mayores de 15 años se consideraba en 7.6% en 2009, y este indicador implicaba una suma de 5.85 millones de personas, con los nuevos datos del Censo tendría que considerarse que el número absoluto de analfabetas es superior a los 6.5 millones de personas.

Asimismo, si se consideraba que el número de personas en rezago educativo era de 33.4 millones de personas, en el 2010 la cifra, manteniendo el porcentaje estimado del INEA, podría llegar a 35 millones o más.

Otro ejemplo: en 2009 se consideraba que el porcentaje de mujeres de 15 a 19 años que habían tenido al menos un hijo nacido vivo era de 12.7%; este porcentaje implicaba que en ese año había al menos 5.26 millones de madres adolescentes. Considerando las nuevas cifras, el nuevo número podría situarse en 5.8 o quizá seis millones de madres menores de 19 años.

Pensemos ahora en el número de pobres. Coneval estimó que en el 2008 habría un 44.2% de la población en condiciones de pobreza, lo que implicaba un total de 47.2 millones de personas, tomando como base el dato de poco más de 107 millones de habitantes; ahora, considerando el necesario ajuste de población que debería hacerse, manteniendo el mismo porcentaje, la cantidad de pobres sería cercana a los 50 millones.

Sin embargo, los expertos señalan que debido a los efectos de la crisis y al desempleo prolongado (la tasa de desempleo para octubre se estimó en 5.7% de la PEA, superior al del mes anterior), el porcentaje de pobres podría haber aumentado a 46 ó 47% de la población, con lo que en 2010 tendríamos al menos 52.7 millones de pobres y alrededor del 85% de la población vulnerable por carencia social, es decir 95.47 millones de habitantes vulnerables.

México no puede ni debe seguir atrapado en ideologías propias del Medioevo ni en una lógica de diseño de políticas públicas sustentada en visiones anquilosadas de la sexualidad y sobre todo, contrarias a una noción respetuosa de los derechos humanos.

El hecho de que las principales instituciones responsables de garantizar los derechos sexuales y reproductivos de la población estén en manos de los más fieles herederos de Torquemada, representa un salto al vacío que pone en riesgo nuestras posibilidades y capacidades de desarrollo presente y futuro.

Alcanzar el bienestar para todos implica que nuestra política de población siga garantizando el derecho de toda persona a tener los hijos que considere pertinente, pero que al mismo tiempo pueda hacerlo con base en la responsabilidad.

La ENADID 2009 revela que sólo el 91.4% de las mujeres en edad reproductiva conocen algún método anticonceptivo; mientras que sólo el 49.9% era usuaria de alguno de ellos. Estos indicadores, a la luz de las nuevas cifras, nos hablan de la magnitud de los retos que tenemos que solventar, pero ya, si queremos tener mejores perspectivas de bienestar en el siglo XXI.

112 millones de habitantes representan un reto gigantesco —dato que por lo demás nos sitúa muy cerca de ser el 10º país más poblado del planeta. Si no actuamos con responsabilidad con respecto a lo que esto implica, el futuro cercano comenzará a cobrarnos facturas, que está en duda si podremos saldar.

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