lunes, 25 de febrero de 2008

La cuestión social en Celaya: Tan cerca del desarrollo... y de la criminalidad

Por: Saúl Arellano, Lunes, 25 de Febrero de 2008
http://www.correo-gto.com.mx/notas.asp?id=59385

INTRODUCCIÓN:

Celaya es el tercer municipio más poblado de la entidad: de acuerdo con el Conteo Nacional de Población y Vivienda de 2005, en ese año contaba con una población de 415,869 personas, de las cuales, cerca del 75% vivía en la cabecera municipal, esto es, 310, 413 personas, lo cual implica que en el sector rural viven cerca de 106 mil personas.
De las localidades pertenecientes a Celaya, las más pobladas son: San Miguel Octopan, con poco más de 11 mil habitantes; Rincón de Tamayo, con cerca de 10 mil habitantes y; San Juan de la Vega, con 8, 800 habitantes.
Debe destacarse que estas comunidades tienen más población que municipios enteros de nuestro estado, como Atarjea o Santa Catarina.
Celaya es uno de los municipios con mayor desarrollo económico de la entidad, y por ello ha logrado situarse entre las ciudades más competitivas del país, en términos de capacidad de generación económica y oportunidades para hacer negocios.
Empero, el municipio se enfrenta a severos problemas de seguridad pública y ocupa, de acuerdo con los datos aportados por INEGI en 2007, el segundo lugar estatal en criminalidad, con una alta tasa de robos a casa habitación, a transeúntes y robos de vehículos.
Sólo en 2006 INEGI reporta que de los 80,181 delitos registrados en el estado, 13,322 fueron cometidos en Celaya, esto es, más del 15% de los delitos totales de la entidad.
Ocupa asimismo el segundo lugar estatal en delitos relacionados con la violencia familiar, y el segundo en delitos sexuales. Estas condiciones delictivas sin duda afectan no sólo las condiciones de competitividad, sino sobre todo los derechos humanos de los más vulnerables.
Otro problema grave que enfrenta la Ciudad de Celaya es el elevado número de suicidios, pues de acuerdo con INEGI, en 2006 se registraron 31 casos de suicidio, mientras que en León, un municipio con 3 veces más población, se registraron 54 casos.

1. LA POBREZA Y LA DESIGUALDAD EN CELAYA

De acuerdo con el CONEVAL, en Celaya se detectó que el 11.5% de la población se encontraba en condiciones de pobreza alimentaria, esto es, 47,824 personas (población similar a la de todo el municipio de Jerécuaro); y 41.3% de la población se encontraba en pobreza de patrimonio, esto es, poco más de 170,500 personas (cifra superior a toda la población del municipio de Guanajuato).
Debe señalarse que de acuerdo con INEGI, 10,800 familias recibían en Celaya a diciembre de 2006 el Programa Oportunidades, ubicadas en un total de 96 localidades del municipio.
Asimismo, los datos de Conapo recogidos por IPLADEG, indican que de la población ocupada en Celaya, el 38.07% percibe ingresos de hasta 2 salarios mínimos. Debe señalarse además que en Celaya se estima que más de 6,900 hogares son perceptores de remesas, y que más de 8 mil hogares cuentan con algún o algunos de sus miembros en los Estados Unidos de América.
Por otra parte debe destacarse que al igual que en todo el país, en Celaya se presentan amplias brechas de desigualdad entre su mancha urbana y las localidades rurales; pues mientras que en la cabecera municipal sólo cerca del 4% de la población en edad escolar no asiste a la escuela, en Rincón de Tamayo o San Juan de la Vega, los porcentajes son del 7% y del 8%, respectivamente, o bien en localidades como Estrada o San José el Nuevo, que superan los mil habitantes, los porcentajes son de 11 y 12%.

2. LA MARGINACIÓN EN CELAYA

De acuerdo con Conapo, Celaya tenía en 2005 un grado de marginación muy bajo; aún con ello, en ese año, el 9.19% de los ocupantes de las viviendas del municipio habitaban en piso de tierra, esto es más de 37,800 personas.
Asimismo, más del 31% de las viviendas vivía con algún grado de hacinamiento y el 36.4% de la población mayor de 15 años no había concluido los estudios de educación básica completa.
La desigualdad en el acceso a los servicios al interior del municipio es aún muy grande pues mientras que en la cabecera municipal se han logrado abatir prácticamente todos los indicadores de marginación, en localidades como San Juan de la Vega, el porcentaje de población con viviendas de piso de tierra en 2005 era de 36.6%, esto es, 3,169 de los 8,803 habitantes de esta localidad.
Otro ejemplo de la desigualdad se encuentra en el hecho de que en 2005, de acuerdo con el Índice de Rezago Social, mientras que en la cabecera municipal sólo el 3.6% de las viviendas carecían de excusado o servicios sanitarios, en una localidad como San Miguel Octopan (una localidad de más de 11 mil habitantes) el porcentaje era de 10.71%.
Lo mismo ocurría en el caso del porcentaje de viviendas habitadas que no disponían de agua entubada pues mientras en la cabecera municipal era de sólo 1.85%, en San Miguel Octopan era de 13.24%.

3. EL DESARROLLO HUMANO EN CELAYA

De acuerdo con el Índice de Desarrollo Humano Municipal, ajustado a 2006 por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en Celaya se tenía un Índice de Desarrollo Humano de .8193, similar al de países de Europa como Bulgaria o cercano al promedio nacional alcanzado por nuestro país en 2007.
A pesar de lo anterior, Celaya tiene rezagos pendientes en dos de los componentes esenciales del índice, que son la educación y la salud. De acuerdo con el Anuario Estadístico en educación 2007 de INEGI para el estado de Guanajuato, de los 365,951 personas mayores de 5 años que hay en el municipio, 23,693 carecen de toda escolaridad, esto es, el 6.48% de esta población.
Asimismo, en el municipio se estima que poco más del 4.6% de la población entre 6 y 14 años no asiste a la escuela, esto es, más de 4 mil niñas y niños que se ven privados de su derecho a la educación.
Lo mismo ocurre en educación media superior y en educación superior: así, de las 252,082 personas mayores de 18 años que hay en el municipio, en 2005 se tenía un registro de 208,105 que no han tenido la oportunidad de acceder a este nivel educativo; y de los 43, 977 que en ese año se detectó que habían logrado acceder a la educación superior, sólo 3,697 lograron completar 3 grados de la educación profesional.
Esto significa que si en el municipio hay 415, 869 mil personas, sólo el 0.8% de la población ha logrado aprobar 3 o más grados de educación superior, lo cual es una catástrofe en términos de equidad y desarrollo humano en Celaya.

CONCLUSIONES

1.Nuevamente en Celaya se demuestra que el desarrollo económico no basta para alcanzar el pleno desarrollo humano. Las estadísticas de delincuencia, suicidios y rezagos en educación, muestran que es necesario repensar la política social, tanto en el municipio como en el estado.
2.Una política social que no logre generar la integralidad en el combate a la pobreza, la desigualdad y el acceso a servicios sociales básicos, incluido el acceso a servicios de salud, es una política que estará incompleta, como es el caso de Celaya.
3.Es necesario que haya una urgente revisión de la política de superación de marginación y hacia dónde se están dirigiendo los recursos para verificar si las localidades mayormente pobladas, y que presentan rezagos como San Miguel Octopan, están logrando superar los rezagos o si bien la desigualdad persiste.
4.Una lección que debe aprenderse es que mientras sigan manteniéndose los niveles de desigualdad entre las cabeceras municipales y las localidades rurales o pequeñas, el mensaje que se seguirá enviando indirectamente a la población es que tiene que emigrar para tener acceso a condiciones de vida digna.

domingo, 24 de febrero de 2008

La crisis moral de los partidos

Por: Saúl Arellano Opinión
Periódico La Crónica. http://www.cronica.com.mx/nota.php?id_nota=349133
Domingo 24 de Febrero de 2008 Hora de publicación: 00:59

Las democracias contemporáneas requieren de sistemas de partidos competitivos, sólidos y sobre todo, sistemas equitativos que permitan una disputa justa en torno a la búsqueda del poder político. La consolidación de estos sistemas sin embargo, requiere de la preexistencia de una ciudadanía que asume responsabilidades y que simultáneamente cuenta con las capacidades para ejercer sus derechos.Es en esa lógica que cobra un sentido mayor la idea de Octavio Paz relativa a que la equidad sin libertad es una quimera. Lo es también la idea de que las libertades son suficientes para garantizar la permanencia y la legitimidad de un régimen democrático.La consolidación de una democracia depende pues de las capacidades de la ciudadanía para establecer, ya sea por sí o por sus representantes en los Congresos o los Parlamentos, controles a la actuación de los partidos políticos, cuando éstos se alían a intereses que no se corresponden con el bienestar colectivo y con la generación de un desarrollo equitativo para todos.En México estamos viviendo un delicado momento en nuestra historia política: nuestra ciudadanía es en su mayoría una ciudadanía no democrática (terrible paradoja), y como resultado, los partidos políticos se han convertido en espacios endogámicos que responden más a los intereses creados y a los poderes fácticos, que a las demandas, necesidades y sobre todo, a los derechos humanos y sociales de las personas.En función de lo anterior, vale la pena preguntarse si los partidos políticos que hoy tenemos se encuentran sumidos en una crisis moral. Una pregunta así es de suyo compleja y ambigua. ¿Qué se entiende por crisis y qué se entiende por moral, en primer término? Y en consecuencia con la respuesta que pueda darse, ¿cuáles serían las consecuencias y las ventanas de posibilidad y actuación pública en el caso de que en realidad exista esa pretendida crisis?Se entiende aquí por crisis la definición que han dado filósofos como Emmanuel Kant: una crisis implica la alteración o el cuestionamiento de los fundamentos que hacen a una cosa o a un fenómeno ser lo que es. Y este fundamento primero, en el caso de los partidos políticos, no puede ser otro que la búsqueda legítima del poder, a través de los canales institucionales establecidos y aprobados por una sociedad, con el fin de construir gobiernos que garanticen los máximos de bienestar posibles, en un ambiente de legalidad, justicia y libertad.En segundo término, por moral se entiende aquí simplemente una actuación apegada a las nociones socialmente aceptadas y asumidas en torno a lo que es correcto hacer; esto es, un conjunto de principios que llevan a actuaciones racionalmente aceptadas por todos, en aras de garantizar la convivencia, la equidad, la justicia, la libertad y la dignidad inherentes a todos los seres humanos. Si las nociones que propongo son correctas, es inequívoco sostener que los partidos políticos que hoy tenemos en México viven una profunda crisis moral. La viven, en primer lugar, porque ninguno de los partidos representados en el Congreso o que ocupan alguno de los cargos ejecutivos en cualquiera de los tres órdenes de gobierno de nuestro país, han sido capaces de construir instituciones para la cohesión social, para la equidad y la justicia social; y este hecho no se deriva simplemente de ineficiencias administrativas, sino de la carencia de liderazgo y de la capacidad de construir un proyecto de nación que nos incluya y nos garantice a todos una calidad de vida digna en un contexto de seguridad.La crisis moral se evidencia también, en el hecho de que los partidos políticos se han visto envueltos en los últimos años en escándalos que anulan su credibilidad, y que nos muestran los niveles de complicidad que se han generado en torno a grupos de intereses económicos, que en ocasiones han oscilado y se presentan bastante cercanos a la ilegalidad.El Partido Acción Nacional, por ejemplo, no dio nunca una respuesta satisfactoria al caso de los Amigos de Fox; a los escándalos en torno a la señora Marta Sahagún y el supuesto enriquecimiento ilícito de sus hijos (al menos inexplicable hasta ahora); o bien al reciente caso del desvío de recursos de Pemex hacia su sindicato.Por el PRI, la lista de casos bochornosos, por decir lo menos, es larga: Mario Marín y todo lo que implica el caso de Lydia Cacho y la sospecha de pederastia de quienes, queda claro a través de las llamadas telefónicas que escuchamos en medios nacionales, son sus amigos. Así también el bochornoso caso de las llamadas que escuchamos del diputado Emilio Gamboa sostenida con el empresario de las “hermosas botellas de coñac”, convertido en “papito y rey” en este nuevo episodio telefónico. A esta lista habría que agregarle el caso del “Pemexgate” y una larga lista de incongruencias y casos patéticos de políticos que honestamente deberían darse pena a sí mismos.En el PRD, los casos son igualmente patéticos, con el agregado de que este partido se asume como el “depositario único” de la autenticidad moral, la integridad y el abanderamiento de las causas justas; tan “justas” que fueron capaces de dejar en libertad al señor René Bejarano, después de que todos los vimos literalmente embolsarse miles de dólares; lo mismo ocurrió con el ahora defenestrado “intelectual” Carlos Imaz; y con los casos no menos patéticos de Fernández Noroña y las recientes “cualidades machistas y misóginas” del señor López Obrador y sus alusiones a las “sobadas de pierna”, junto al corifeo de sus defensores a ultranza y salameros, que no ven en este personaje ninguna posibilidad de error o mácula moral.Aunado a lo anterior, y quizá como una de las consecuencias más nefastas de la composición y actuación de los partidos, se encuentra el tema de su no-renovación generacional. En el PRD hasta sus jóvenes parecen viejos; y en el PRI los únicos jóvenes entusiastas con que se cuenta son los hijos de políticos o ex políticos que les han dado la posibilidad de formar parte de una elite francamente en decadencia.El único partido que se ha decidido a posicionar a una nueva generación de jóvenes es el PAN; empero, el riesgo que hoy se corre es que esta nueva generación de políticos se encumbre sin contrapartes que puedan sostener un diálogo inteligente, así como disputa racional que busque lo que a todas luces está muy alejado de la visión que han mostrado hasta ahora este grupo de políticos jóvenes, y que es recobrar un profundo sentido de patria y la convicción de luchar en aras de la construcción de un proyecto nacional orientado por la justicia y la equidad social.Qué lejos estamos, por ejemplo, del nivel de debate y discusión que han mostrado en los últimos meses los Senadores Hillary Clinton y Barack Obama, así como los niveles de civilidad que aun en medio de una cerrada competencia política, nos han permitido conocer dos visiones y dos propuestas políticas sin duda enfrentadas. En medio de la crisis moral de nuestros partidos, estos dos personajes parecen gigantes y hacen ver a una buena parte de nuestra clase política como un circo de enanos en donde el que más crece aspira sólo a convertirse en payaso.Necesitamos una renovación urgente en los partidos; se requiere de la generosidad de los políticos, pero ello implica que pudieran reconocer que su generación fue incapaz de conducir al país hacia una democracia plena y con niveles de vida dignos y aceptables para todos. Ya fracasaron en esta tarea; esperemos ahora que puedan cumplir al menos esta otra: llevar al país a una renovación que les devuelva tanto a los partidos, como a las instituciones, el liderazgo y la autoridad moral para situar a nuestro país en la esfera de la justicia social.

lunes, 18 de febrero de 2008

Viaje al centro de la desigualdad: La cuestión social en Irapuato

Por: Saúl Arellano, Lunes, 18 de Febrero de 2008

Periódico Correo


Introducción:

Irapuato es una de las ciudades del país que están cerca de los 500 mil habitantes. De acuerdo con los resultados del Segundo Conteo Nacional de Población y Vivienda, tiene una población aproximada de 463 mil personas (cerca del 10% de la población total del estado), lo que lo convierte en la segunda ciudad en dimensión poblacional de la entidad, sólo por debajo de León y ligeramente por arriba de Celaya.
Irapuato aporta, de acuerdo con la Calificadora Fitch Raitings, cerca del 11% del PIB estatal, debido al importante número de empresas del sector manufacturero e industrial localizadas en el Municipio.
A pesar de ello y de generar amplios montos de recursos, Irapuato tenía en 2006 un ingreso promedio per cápita anual de 5,223 Dólares, promedio muy por debajo del alcanzado a nivel nacional, el cual se situó en el mismo año en aproximadamente 8 mil dólares, de acuerdo con los datos reportados por el Banco de México y la OECD.
En los índices de competitividad, aun cuando Irapuato reporta un desarrollo económico que está muy cerca al de Celaya (un municipio de similar densidad poblacional), Irapuato aparece varios lugares detrás tanto de León como del propio Celaya.
Así, en el índice dado a conocer por el CIDE y la Secretaría de Economía en 2007, Irapuato aparece en el lugar 42 de 60 ciudades evaluadas, mientras que Celaya aparece en el lugar 29 y León en el lugar 25, los cuales tampoco son lugares para presumir a nivel nacional.
1. LA POBREZA EN IRAPUATO
De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social, en 2005, el 14% de la población de Irapuato se encontraba en situación de pobreza alimentaria, es decir, 64,820 personas que no contaban con los ingresos suficientes para satisfacer sus necesidades diarias de alimentación.
Asimismo, el Índice de Rezago Social de Conaval reportó ese año un porcentaje de 46.9% de población del municipio en condiciones de pobreza de patrimonio, esto es, más de 217 mil personas pobres, un equivalente a la población total de un municipio como Salamanca.
Debe destacarse el hecho de que aun cuando el porcentaje de pobreza reportado para Irapuato se situaba por debajo de la media estatal (18.4% para ese año de 2005), su porcentaje de pobreza alimentaria, de capacidades y de patrimonio se situaba por arriba de otros municipios de desarrollo humano comparable, como Moroleón, Uriangato o el propio Celaya.

2. LA MARGINACIÓN EN IRAPUATO
De acuerdo con Conapo, Irapuato es un municipio de muy baja marginación y se ubica en el lugar 42 de los 46 municipios que integran a la entidad. Aun con ello, debe destacarse que, al igual que en todo el país, amplios porcentajes de población que viven con rezagos y carencias: en Irapuato el 49.3% de la población mayor de 15 años no había concluido la secundaria, el 8.72% de las viviendas no disponía de drenaje ni excusado; quizá esto se explica debido a que más del 23.6% de la población del municipio vive en localidades de menos de 2,500 habitantes.
De acuerdo con Conapo, 38% de las viviendas de Irapuato registran hacinamiento, mientras que 6.48% de los ocupantes de las viviendas lo hace en piso de tierra, es decir cerca de 30 mil personas que en 2005 carecían de piso firme en sus viviendas.
Finalmente, en cuanto a marginación se refiere, Conapo destaca que más del 44% de la población ocupada en el municipio percibía hasta dos salarios mínimos, el equivalente a poco más de 90 pesos diarios, lo que explica en parte el bajo ingreso per cápita registrado por habitante y año.
3. EL DESARROLLO HUMANO EN IRAPUATO
De acuerdo con el Índice de Desarrollo Humano Municipal, ajustado a 2006 por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en Irapuato se tenía unos de los índices de desarrollo humano más altos de la entidad; sin embargo, al cruzar la información con el Índice de Potenciación de Género (el cual mide la participación política de las mujeres), del propio PNUD, Irapuato registraba un índice de .5961, en donde 0 es el peor y 1 es el estado ideal de cumplimiento de los derechos humanos.
El dato es importante pues mientras por un lado se ha alcanzado un nivel de desarrollo importante (5° lugar estatal), por el otro la equidad en la representación política de las mujeres es muy baja (17° lugar estatal).
Así pues, Irapuato tiene un IDH de .7985, índice comparable al alcanzado en promedio por Sinaloa, y a escala internacional por Libia, en ambos casos por debajo del promedio alcanzado a nivel nacional en nuestro país.
Debe comentarse finalmente que de acuerdo con el reporte de INEGI sobre personas sin seguridad social, presentada para cada uno de los municipios del país en 2007, Irapuato tiene un total de 250,941 personas, lo cual obviamente las sitúa en amplios márgenes de vulnerabilidad social ante lo que la Secretaría de Salud ha denominado el "gasto catastrófico".
CONCLUSIONES
La tesis emitida por el Banco Mundial en varios estudios de 2007 referidos a que el desarrollo económico no basta para garantizar el bienestar social, se confirman en Irapuato.
Es necesario revisar las políticas de combate a la pobreza pues programas como Oportunidades, el reparto de despensas y otros programas de asistencia no bastan para sacar a las personas de sus condiciones de pobreza y vulnerabilidad social.
Al igual que en el análisis sobre el municipio de León, en Irapuato los datos permiten percibir que la complejidad de lo social es mucho mayor que lo que alcanzan a describir las cifras, por lo que es urgente llevar a cabo la actualización de los Planes Municipales de Desarrollo y reorientar recursos al desarrollo social y humano.
http://saularellano.blogspot.com/
Fuentes utilizadas:

Índices de Marginación, Anexo B, CONAPO, México, 2005.
Índice de Rezago Social, CONEVAL, México, 2005.
Índice de Competitividad Social, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, México, 2007.
Índice de Desarrollo Humano, 2006-2007, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, México, 2007.
Índice de Desarrollo Humano Municipal, 2006, Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo, México, 2006.
Mapas de la Pobreza 2005, CONEVAL, México, 2007.
Evolución de la Pobreza en México 2000-2006, CONEVAL, México, 2007.
Boletín Desafíos, Comisión Económica para América Latina (CEPAL), enero de 2008.
Boletín sobre el número de personas sin seguridad social en México, 2007, INEGI.

sábado, 16 de febrero de 2008

Obama y el poder del discurso. La Crónica

Por: Saúl Arellano Opinión
Domingo 17 de Febrero de 2008 Hora de publicación: 01:21
Música en distintos ritmos, desde rap hasta “reguetón”, pasando por la cumbia y el hip hop, puede encontrarse en el sitio de internet de Youtube, dedicada nada menos que a apoyar al precandidato demócrata Barack Obama; “remakes” de canciones de los años 60 y 70 adaptados para impulsar a Obama, y nuevas letras y adaptaciones musicales que retoman nada menos que los discursos pronunciados por Obama en sus recientes apariciones públicas, interpretadas por artistas de enorme fama como Scarlett Johansson, sólo por citar un ejemplo.No es exagerado sostener que hacía mucho tiempo en la historia política de los Estados Unidos de Norteamérica que no se presenciaba un fenómeno de masas como el que ha generado el senador por Illinois, Barack Obama, hoy enfilado en una racha de triunfos que han mostrado la posibilidad real de que obtenga la candidatura del partido demócrata para contender por la presidencia de los Estados Unidos.Ante este “fenómeno”, habría que preguntarse ¿qué es lo que hace tan seductor a Obama? ¿Qué es lo que ha provocado que personalidades como la familia Kennedy, Oprah Winfrey, actores como Will Smith; y en general, millones de personas a lo largo de los Estados Unidos estén saliendo a votar en una elección primaria con niveles nunca antes vistos en la lucha por la nominación de ningún candidato presidencial en aquel país?Las encuestas que se han presentado en prácticamente todos los medios de comunicación norteamericanos nos dicen que los votantes valoran sobre todo la capacidad de generar “un cambio” en Washington, incluso sobre la necesidad de contar con alguien experimentado para manejar la complejidad de la agenda internacional e interna de la súper potencia que sigue siendo Estados Unidos. En esa lógica, la identificación de los votantes con Obama es lo que ha generado, explican, las arrolladoras victorias de Obama sobre la senadora Hillary Clinton, con porcentajes cercanos al 70% de los votos, en estados incluso como Maine, que se suponía fueran favorables para la senadora por Nueva York.Aún con ello, es importante explorar otras explicaciones. A mi juicio, lo que está ocurriendo con Obama es un fenómeno relacionado con el poder del discurso y el manejo de las identidades y de los símbolos que ha permitido que cada vez más, el porcentaje de mujeres y de población blanca y latinoamericana que apoyan a Obama se esté multiplicando a pasos agigantados y que fortalecen aún más sus posibilidades de triunfo.En una de sus recientes editoriales el Washington Post sostenía: “Por fin alguien está logrando que su mensaje llegue a la gente; hay un mensaje claro que ha hecho que las personas se movilicen; hay alguien conectado con la ciudadanía”.Esta conexión no se logra sólo con el diseño de un mensaje; sin duda, se requiere que haya un contenido claro y preciso; una idea que consiga ser recordada y que genere identificación entre las personas. Empero, el cómo se dice esa idea; el cómo se frasea; el cómo se transportan significados tiene que ver con fenómenos mucho más complejos que simplemente el diseño de mensajes en medios de comunicación.Hay algo de escatológico y mesiánico en el mensaje de Obama, comienzan a sostener sus críticos; sin embargo, también hay mucho de idealismo, de “esperanza” y de llamados a la unidad, en un contexto de enorme polarización social y confusión generadas, no sólo por las repercusiones de los atentados a las torres gemelas en Nueva York, sino también a la incertidumbre de la ralentización de la economía norteamericana.Hay algo de “estructuras profundas” en la forma en cómo comunica Obama, y quien haya presenciado, al menos a través del video o la televisión alguno de sus discursos, no puede dejar al menos de sorprenderse por el poderoso carisma y capacidad de “conexión” entre Obama y los electores. El senador por Illinois está llenando estadios; llena plazas, auditorios; gente se queda fuera y permanece aún en medio del frío o la lluvia para escuchar al precandidato demócrata al menos por 10 minutos. Esto pocas veces se ha visto y es un fenómeno digno de análisis de la sociología del poder y obviamente por la filosofía del lenguaje y el análisis del discurso.Puede sostenerse que el mensaje de Obama es tan poderoso, porque está apelando a una lógica de una extrema sencillez, pues su mensaje se basa en tres ideas clave: 1) es necesario un cambio; 2) es necesario creer en la unidad nacional y tener esperanza en que ese cambio puede lograrse; y 3) es necesario que las personas “hagan su parte”, es decir, que voten por quien puede generar ese cambio.Esta estructura, de suyo aparentemente tan simple, apela a profundas estructuras mentales y sociológicas, como la necesidad de la identidad simbólica; la necesidad de millones de personas de tener algo en que creer; y sobre todo, la necesidad de las personas de sentirse “parte de algo”. Obama no ha inventado un nuevo discurso; Obama no ha generado las condiciones para que la gente esté dispuesta a creer; lo que sí ha hecho es asumir el liderazgo de una nación polarizada, lo que puede llegar a situarlo en una posición de liderazgo social mucho más allá de una precandidatura.Hay dos mensajes que llaman la atención en esta intensa campaña demócrata: uno, el pronunciado en Iowa, en la “primera gran victoria” del senador por Illinois; en él sostuvo: “hoy hemos logrado lo que los cínicos sostenían que no podríamos, hoy comenzamos una nueva historia que no se va a detener hasta que logremos transformar a Washington”; el segundo, en su reciente victoria electoral en la llamada “jornada del Potomac” en el que dice: “hoy le hemos mostrado a los cínicos que nuestra victoria es posible; y debe quedarles claro que no se trata de cambiar a los demócratas por los republicanos, sino de transformar un sistema en Washington que no está escuchando a la gente”.Este mensaje no es menor; apela a un cambio gigantesco que requiere un elemento que pocos estudios han destacado: la capacidad de liderazgo de Obama, en el sentido en que he hablado sobre el liderazgo en este mismo espacio en Crónica: la capacidad de generar acciones ejemplares, que le dan a las personas la capacidad moral de sostener propuestas y llamar a la acción social.Obama votó en contra de la guerra de Irak; se opuso a la privatización y desmantelamiento del sistema de seguridad social; se ha pronunciado constantemente por una reforma humanista al sistema de educación de los Estados Unidos; ha defendido constantemente apoyos fiscales y medidas de asistencia y seguridad social para las clases medias y para los pobres; siempre a contracorriente; siempre perdiendo las votaciones en el Congreso, pero hoy, gracias a todas estas “derrotas parciales”, Obama se ha situado muy cerca de una poderosa victoria electoral y social.Quizá me equivoque, pero aun cuando Obama perdiera la elección interna, su movimiento y su propuesta se han posicionado y han logrado calar tan hondo en el electorado norteamericano, que ha puesto en jaque a las estructuras tradicionales del poder de aquel país y ha logrado posicionar en la escena pública norteamericana y global, una agenda que nadie, ni en el Congreso ni en la Casa Blanca podrá obviar o no debatir de manera seria en los meses por venir.La carrera por la nominación demócrata se extenderá hasta el verano, sostienen todos los expertos y analistas electorales norteamericanos. Habrá que esperar los resultados y la evolución del proceso; pero de ser cierto lo que aquí sostengo, que Obama ha logrado construir un puente de signos y símbolos con enormes mayorías de su país, pronto estaremos viendo importantes transformaciones en la configuración del poder en Washington, y eso no es un asunto menor. Al tiempo.
sarellano@ceidas.org

lunes, 11 de febrero de 2008

Viaje al Centro de la desigualdad. La cuestión social en León

La cuestión social en León
Por Saúl Arellano
Periódico Correo (www.correo-gto.com.mx)
Lunes, 11 de febrero de 2008

INTRODUCCIÓN

Uno de los mayores debates que se están generando en las sociedades del siglo XXI está centrado en cómo superar la pobreza y la desigualdad. Se ha dicho ya en diferentes espacios y foros, que Guanajuato es una entidad con niveles de pobreza inaceptables, considerando sobre todo su posición de privilegio en la geografía nacional, así como condiciones de ventaja comparativa en términos de clima, diversidad, acceso al agua y condiciones naturales para el desarrollo.
A partir de esta semana, esta columna buscará hacer evidentes las condiciones imperantes en materia de pobreza, desigualdad, marginación y desarrollo humano para cada uno de los municipios de la entidad, a fin de impulsar la generación de un debate responsable en la búsqueda de alternativas y opciones de desarrollo para el estado.
Este análisis se desarrollará un primer momento describiendo la cuestión social de los cinco municipios con mayor número de población en la entidad, para continuar, siguiendo el orden alfabético, en el diagnóstico de cada uno de los municipios.
Debe señalarse que para llevar a cabo este análisis se utilizarán sólo fuentes oficiales y de organismos internacionales, para garantizar la objetividad e imparcialidad requerida en el análisis social.
En esa lógica, el primer municipio a discusión es León, sobre el cual se presentan las siguientes observaciones.
1. LA POBREZA EN LEÓN
El Municipio de León es el municipio más poblado de la entidad. En total, en 2005 el estado registró una población de 4 millones 893 mil 812 personas. De este total un millón 278 mil 087 estaban radicados en el municipio de León.
Debe decirse que aunque es el municipio con menor porcentaje de personas en condiciones de pobreza, de acuerdo con el Índice de Rezago Social elaborado por Coneval, el 8% de su población vivía en condiciones de pobreza alimentaria, esto es 102 mil 246 personas.
Para dimensionar este dato baste mencionar que esta población es similar a la de toda la población del municipio de Acámbaro. De acuerdo con el Coneval, la pobreza alimentaria significa que aún destinando todo el gasto a la alimentación, las personas no alcanzan a satisfacer sus necesidades cotidianas de alimentación.
Asimismo, de acuerdo con este mismo documento, el 32.8% de la población total de León, esto es, cerca de 410 mil personas, viven en pobreza de patrimonio, la cual es definida por Coneval como aquella en la que aún destinando todo el gasto, las personas no alcanzan a satisfacer sus necesidades de alimentación, salud, educación, transporte y calzado.
Igualmente, para dimensionar esta cifra, habría que considerar que este número de población es cercana a toda la población de un municipio como Celaya. Es pertinente destacar igualmente, que de acuerdo con los Índices de Marginación 2005 de Conapo, en esa fecha, más del 31% de la población ocupada percibía en León menos de 2 salarios mínimos, esto es, cerca del tercio de la población que recibía remuneración económica por su trabajo.
CARENCIAS
Los programas de los gobiernos para combatir la pobreza no son suficientes.2. LA MARGINACIÓN EN LEÓN
La marginación se refiere a las condiciones de carencia de acceso a servicios sociales básicos, así como condiciones de rezago educativo en una localidad. En este caso, León es catalogado por Conapo como un municipio de Muy Bajo Grado de Marginación; aún con ello, debe destacarse que más del 36% de la población vive con algún grado de hacinamiento; que cerca del 5% de las viviendas tienen aún piso de tierra y que más del 6% de las familias carecían al 2005 de acceso al agua entubada.
3. EL DESARROLLO HUMANO EN LEÓN
El Índice del Desarrollo Humano es medido por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). En este indicador, León tenía en el año 2000 un índice de desarrollo humano similar al de los Emiratos Árabes Unidos o Cuba, que ocupan los lugares 49 y 50 a nivel mundial en desarrollo humano.
Sin embargo, en una reciente publicación del PNUD, titulado Índice de Competitividad Social, en el que se estudia a 32 ciudades del país, se encuentra que León retrocedió del lugar 11 a nivel nacional en el año 2000, al lugar 18 en el año 2006.
Debe precisarse que este índice no mide competitividad para hacer negocios, sino como su nombre lo indica, el grado de competencias con que la población cuenta para ejercer y ver cumplidos sus derechos humanos, con lo que se muestra que el desarrollo económico no es suficiente para garantizar el bienestar de las personas.
Desagregado en sus componentes, se encuentra que León es una de las ciudades del país con mayor presencia de trabajo infantil, pues de las 32 ciudades analizadas por el PNUD, León ocupa la posición 30 con menor desempeño positivo en este rubro.
De igual forma, en lo que respecta a acceso a servicios de salud, el Índice coloca a León en la posición 23 de las 32 ciudades estudiadas, es decir, es una de las 10 principales ciudades del país en que en menor medida la población tiene acceso a este tipo de servicios.


CONCLUSIONES
1. Los datos oficiales existentes para aproximarse a la cuestión social en León sugieren que aún con el alto nivel de desarrollo económico de la ciudad, hay riesgos sociales y rezagos que es urgente atender, y que no se encuentran señalados de manera explícita en el Plan Municipal de Desarrollo.
2. Los datos existentes muestran que es necesario que las administraciones, tanto estatal como municipal, establezcan metas precisas para reducir la pobreza y la desigualdad que existe en la ciudad, en particular en lo que sugiere el Índice de Competitividad Social, en materia de acceso a servicios de salud para los más pobres y en lo que respecta al cumplimiento de los derechos de los niños, especialmente en materia de trabajo infantil.
3. Es urgente generar nuevos programas para el cumplimiento de los derechos sexuales y reproductivos de los jóvenes pues, aunque no existen cifras consolidadas, los datos disponibles sugieren altos niveles de embarazos adolescentes en la ciudad de León.
4. A pesar de los bajos porcentajes de pobreza, los números absolutos nos muestran que es necesario generar una política social que, desde el municipio y la entidad, contribuyan a disminuir aceleradamente el número alarmante de personas en pobreza que viven en la ciudad.

domingo, 10 de febrero de 2008

Los Niños que no deben morir

Por: Saúl Arellano Opinión
Periódico La Crónica
Domingo 10 de Febrero de 2008 Hora de publicación: 01:07

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) publicó recientemente su boletín trimestral “Desafíos”, en el que aborda el tema de la mortalidad infantil en América Latina; en sus artículos se destaca el hecho de que aún cuando en la región se han logrado significativos avances en materia de reducción de la mortalidad materna e infantil, el ritmo al que avanzamos es aún lento y compromete el cumplimiento de las Metas del Desarrollo del Mileno.En ese contexto, si bien nuestro país ha logrado dar pasos hacia el cumplimiento de tales metas, lo que ocurre en América Latina no puede ser simplemente obviado y de hecho, la cooperación internacional para el desarrollo debería ser una de las agendas y propósitos explícitos de nuestra política exterior.Debe señalarse que recientemente también, la prestigiada revista The Lancet, publicó una serie de documentos y guías para la atención de la desnutrición materna e infantil. En sus documentos, señala que en los enfoques de salud pública, la nutrición del niño, aún antes del nacimiento, debe ser una de las prioridades de los gobiernos pues de hecho, el desmedro en el peso y talla de las niñas y niños subnutridos comienza desde el útero, dado que, la desnutrición de las mujeres gestantes, provoca graves repercusiones en la salud y en las capacidades intelectuales de los niños.The Lancet sostiene, con base en evidencia científica recabada en todo el mundo, que más de una tercera parte de las muertes maternas e infantiles tienen como principal causa la desnutrición, es decir, uno de cada 3 niños que muere antes de cumplir su primer año de vida, fallece a causa de una nutrición deficiente, lo cual es, desde el punto de vista que se le observe, éticamente inaceptable y representa uno de los mayores reclamos éticos de nuestras sociedades.En países como el nuestro, los programas de atención materno-infantil no han logrado generar la integralidad en sus acciones ni se ha logrado tampoco la vinculación de diferentes programas públicos que permitan generar acciones de prevención y de atención oportuna pues, de acuerdo con la información de la CEPAL, las muertes infantiles están relacionadas en la mayoría de los casos con el embarazo adolescente, con la pobreza y la carencia de recursos, así como con la falta de accesibilidad a bienes y servicios básicos y a atención sanitaria oportuna.En esa lógica, la CEPAL destaca sobre todo las condiciones de desigualdad que persisten entre los países de la región (entre México y Bolivia, por ejemplo), y al interior de los países, la mayor persistencia de altas tasas de mortalidad materna e infantil que se registran en las zonas rurales y en las poblaciones y comunidades indígenas.Al respecto debe destacarse, sin embargo, que aun cuando nuestro país ha logrado importantes avances en la materia, si nos comparamos con países con un nivel de desarrollo humano similar, como es el caso de Chile o Cuba, México mantiene tasas de mortalidad infantil de prácticamente el doble de lo que se registra en aquellos países; y esto se explica básicamente por dos razones: uno, el desmantelamiento de un sistema público de bienestar que aun con el Seguro Popular y el Seguro Médico para una Nueva Generación, está muy lejos de alcanzar coberturas universales que garanticen el cumplimiento del derecho a la vida, a la alimentación, a la salud y a la educación que nuestra Constitución reconoce para nuestras niñas y niños en su artículo 4º; y el otro, la ausencia de una política de Estado que tenga como prioridad la garantía del interés superior del niño.En esa lógica, la visita de la alta comisionada de los Derechos Humanos a nuestro país debe cobrar una mayor relevancia y debe constituir una oportunidad para que la discusión sobre los derechos humanos pueda trascender el debate sobre el tema de la seguridad pública, y abordar cuestiones de nueva generación, tales como la posibilidad de hacer vinculantes los tratados internacionales que México ha signado ante la comunidad internacional, así como la exigencia de que el debate sobre los derechos humanos incluya a los derechos sociales y con ello, exigir su pleno cumplimiento a través de la construcción de un nuevo Estado social de derecho que nos dé a todos certidumbre y garantías mínimas para una calidad de vida digna.Debe recordarse también que en las Recomendaciones de la alta comisionada de los Derechos Humanos al Estado mexicano, en materia de cumplimiento de los derechos de los niños, incluye la necesidad de reducir en México las altas tasas de mortalidad por accidentes, por actos de violencia y por descuido de las niñas y los niños, sobre todo en el entendido de que nuestro país fue considerado en el estudio del secretario general de la ONU sobre la violencia contra los niños, como uno de los países de mayor incidencia de la violencia contra la infancia.El tema de los derechos de los niños es un tema fundamental para cualquier Estado en la definición de sus políticas públicas; en la construcción de sus programas para la garantía de los derechos sociales y en la definición de las prioridades públicas. Lamentablemente México y su gobierno no han articulado una política efectiva ni estrategias claras para la atención de la infancia en esta administración, con el añadido de que ya se ha perdido el primer año de gobierno en materia de protección y cumplimiento de los derechos de la niñez.Regresando al contexto global, es de destacarse que en todo el mundo, millones de niños y sus madres mueren cada año debido a la subnutrición; y de acuerdo con The Lancet, 13 millones de niñas y niños padecen anualmente la “restricción del crecimiento intrauterino”; 112 millones de niñas y niños presentan bajo peso, y más de 178 millones de niñas y niños en todo el planeta padecen del hambre; lo peor es que de éstos, 160 millones se concentran en tan sólo 36 países, lo que evidencia la terrible e inaceptable desigualdad global de la que somos testigos en el siglo XXI.A estas condiciones, habría que agregar, advierte The Lancet, la enorme proporción de niñas y niños con sobrepeso y obesidad, lo que implica severos riesgos para su salud y probables restricciones de capacidades y oportunidades de una vida futura saludable. En México, se ha dicho ya hasta el cansancio, este es uno de los mayores problemas de salud pública y aún no hemos sido capaces de generar los programas de prevención y asistencia nutricional adecuados, mientras que cerca de 3 de cada 10 de nuestras niñas y niños viven ya con obesidad.Uno de los mensajes clave que envía la revista The Lancet es que la nutrición y el derecho a la alimentación deben ser una de las principales prioridades de los gobiernos, tanto a nivel nacional como en los gobiernos estatales y locales, bajo el entendido de que la nutrición es un componente central del desarrollo humano, económico y social de cualquier país.Hoy en México tenemos la oportunidad de construir un país apropiado para las niñas y niños, comenzando sin duda, por la garantía de los derechos a la supervivencia, a la salud, a la alimentación y a la educación.México aún tiene una enorme cantidad de niñas y niños que no debieran morir porque evitarlo está a todas luces a nuestro alcance y en las posibilidades, tanto de los programas públicos como de las capacidades presupuestales. El problema está en el diseño y en el enfoque de un gobierno que continúa privilegiando la inversión en carreteras y puentes, sobre la generación de capacidades humanas y sociales, en aras de construir una nación más justa.
sarellano@ceidas.org

miércoles, 6 de febrero de 2008

Un nuevo viaje al centro de la desigualdad

Por Saúl Arellano
Periódico El Correo (www.correo-gto.com.mx)
Miércoles, 06 de Febrero de 2008

Hace seis meses, el Periódico Correo me abrió generosamente un espacio en sus páginas, a fin de realizar un recorrido por distintas cuestiones sociales que considero relevantes para la entidad y que a mi juicio, constituyen temas de la mayor prioridad para el adecuado desarrollo de la entidad.
El día de hoy concluye esta primera etapa de colaboración, por lo que agradezco profundamente al director del periódico, Arnoldo Cuéllar, así como a Martha Camacho y Agustín Galo, sus constantes atenciones y su apertura para recibir mis colaboraciones, en éste que es sin duda el periódico de mayor circulación en nuestro estado.
A partir de la siguiente semana mis colaboraciones aparecerán los días lunes con el mismo objetivo de contribuir al debate sobre lo social en Guanajuato, pero con una nueva estructura y con un espíritu renovado. En primer lugar, debo destacar que la columna cambiará de nombre para titularse “Viaje al centro de la desigualdad”.
A través de este nuevo espacio, buscaré hacer evidentes las condiciones de desigualdad y pobreza que prevalecen en el estado, convencido de que la principal agenda de lo político, lo económico y lo social en el siglo XXI es la agenda de los derechos humanos y sociales, así como de las condiciones de oportunidad que tienen las personas en nuestro estado para verlos realizados.
En segundo término, es importante señalar que estos análisis tienen como base información oficial, construida y difundida por organismos públicos o bien, por organismos internacionales que han acreditado contar con avanzadas metodologías de análisis que garantizan la imparcialidad y la objetividad de los estudios que presentan.
En tercer lugar, es preciso comentar que las colaboraciones que aparecerán a partir del próximo día lunes 11 de febrero, no tienen otro propósito sino el de contribuir a la búsqueda de nuevas soluciones y de nuevas miradas a los problemas de la cuestión social en nuestra entidad, y con ello contribuir en la generación de mejores condiciones de vida para todos los guanajuatenses. En ese sentido, reitero mi reconocimiento al Periódico El Correo, por continuar con una línea editorial comprometida con los derechos humanos y la democracia, entendida como la posibilidad de la realización de las libertades de todas y todos.
Lo he dicho en reiteradas ocasiones en este espacio: Guanajuato tiene un enorme potencial, que se ha dilapidado en los últimos años, pero que sobre todo ha generado regresiones sociales inaceptables, en términos de cumplimiento de nuestros derechos humanos y sociales más elementales.
Nuestra entidad goza de ventajas comparativas y competitivas envidiables. Sin embargo, éstas no han sido aprovechadas ni potenciadas en toda su dimensión y no se ha logrado construir un proyecto de entidad que nos dé certidumbre de que en el futuro tendremos mejor calidad de vida. Al contrario, Guanajuato es cada día más presa de la desigualdad y de una pobreza galopante que amenaza con convertirnos en una entidad rezagada y con bajos niveles de cumplimiento de nuestros derechos humanos y sociales.
Requerimos apuntalar el enorme potencial y desarrollo económico que se ha generado, con mayores capacidades para la competitividad social, y eso sólo puede lograrse a través del cumplimiento integral y universal de los derechos humanos y sociales de la población; en particular los de los grupos de población más vulnerables: niñas, niños y adolescentes; adultos mayores, personas con discapacidad y sin duda, la población rural que vive día con día el drama de la pobreza y la migración.
Guanajuato no puede seguir esperando más, y por ello en esta columna se buscará, en un primer momento, analizar las condiciones de pobreza y desarrollo humano de cada uno de los municipios de la entidad, y en segundo lugar, problemas específicos de la agenda de la cuestión social.
Espero que este esfuerzo realmente contribuya a la generación de un debate serio sobre cómo lograr mejores condiciones para el desarrollo, para la construcción de una nueva política social en el estado, y sobre todo, para llamar al consenso sobre un nuevo modelo y un nuevo proyecto para nuestra entidad.

domingo, 3 de febrero de 2008

... Y la crisis nos alcanzó

Por: Saúl Arellano Opinión
Periódico La Crónica (www.cronica.com.mx)
Domingo 3 de Febrero de 2008 Hora de publicación: 01:06
En solidaridad con los campesinos pobres de México.
El campo mexicano no es, lamentablemente, tan ganador, ni como Lorena Ochoa ni como la Selección Nacional de Futbol “Sub-17”, que tanta emoción, quizá tanto como la crisis económica que se avecina, le generan de manera tan efusiva al Presidente de la República.Las mentiras —o verdades a medias— que está difundiendo la Secretaría de Agricultura con respecto al ámbito exportador de nuestro sector agrícola, lo único que están logrando es enconar más los ánimos de una sociedad de por sí crispada por la pobreza y la desigualdad, y amenazada por los ventarrones de una desaceleración económica global de la que todavía no conocemos a ciencia cierta sus alcances, su duración y sus repercusiones para nuestro país.Con respecto a la posibilidad de la recesión de la economía norteamericana, el gobierno federal nos ha dicho reiteradamente que estamos preparados; que vamos a resistir los embates de los vaivenes económicos globales y que hoy más que nunca la fortaleza de nuestras finanzas públicas nos permitirá sortear de manera adecuada la ralentización económica global.Lo que no nos ha dicho el gobierno es cómo piensa sortear los problemas generados por la reducción de las expectativas económicas anunciadas hace unos días por la Secretaría de Hacienda. Todos sabemos por la experiencia vivida en los últimos 20 años, que cada que hay recorte a las expectativas de crecimiento, tienen que darse ajustes tanto en las expectativas de los ingresos de la hacienda pública, como en las expectativas de gasto, esto es, en el presupuesto público asignado a cada una de las dependencias gubernamentales.En esa lógica, lo que se ha vivido recurrentemente es que cuando hay recortes al presupuesto, son las áreas sociales las que más ven afectadas sus partidas presupuestales; aún y cuando hoy tenemos una Ley General de Desarrollo Social que establece que en ningún caso pueden reducirse los presupuestos de los programas para el desarrollo social.Vale la pena hacer la pregunta en torno a si los programas dirigidos a apoyar al “exitoso” sector agropecuario en México van a tener, de inicio, algún recorte y si en consecuencia, habrá reducciones en las expectativas de la producción y productividad tanto en el sector exportador como en el sector de la producción de autoconsumo y de pequeña escala, que es en la que se encuentran la inmensa mayoría de los campesinos mexicanos.Si el TLC es el culpable o no de la crisis agropecuaria nacional, es lo de menos. Lo que debería estar haciendo el secretario de Agricultura es iniciar un proceso de concertación real, para analizar las alternativas que tenemos como país para lograr conjuntar nuestras políticas de desarrollo agropecuario con las de desarrollo social, a fin de generar más y mejores sinergias que nos permitan, en el corto, el mediano y el largo plazo, generar alternativas para los más de 9 millones de mexicanas y mexicanos que viven la miseria y hambrientos en el sector rural nacional.Quizá su equipo de asesores no le ha avisado, pero el secretario de Hacienda debería saber, por ejemplo, que las Reglas de Operación de sus Programas no están alineadas de manera adecuada con las de los programas de combate a la pobreza; quizá de esto tampoco está enterado el secretario de la Función Pública, aún y cuando es responsabilidad de su dependencia avalar y revisar la normatividad y su estricta aplicación en todas las dependencias públicas; más aún después de haberse dado a conocer las evaluaciones de Coneval con respecto a la desarticulación y falta de cooperación interinstitucional en el ámbito de lo social.Quizá el secretario de Agricultura tampoco se ha enterado de que la mayoría de los programas de apoyo a la comercialización, a la producción de autoconsumo y a la generación de economías para la supervivencia se han desmantelado, y que ésta es una de las razones por las que las personas del mundo rural siguen siendo las más pobres y las que mayor intensidad migratoria registran en el país, generando consecuencias que aún desconocemos para la integración de las familias, las comunidades y en general, la cohesión social del mundo rural.Lo que más lastima y ofende en este sentido, es la resistencia del secretario de Agricultura a darse cuenta de que en el campo mexicano existe algo que se llama dignidad; y que las y los campesinos ya no están dispuestos a vivir de la limosna, la dádiva y mucho menos permanecer en el olvido y la indiferencia de los funcionarios públicos que cínicamente creen que el campo mexicano de verdad es, en todos sus sectores, tan exitoso como el orgullo deportivo nacional que es Lorena Ochoa.Quizá tampoco nadie le ha informado al secretario de Agricultura que en su Informe sobre la Agricultura y la Alimentación 2007, la FAO ofrece novedosas alternativas para los países pobres y en desarrollo, a fin de vincular las políticas agrícolas con las políticas ambientales y de desarrollo social y avanzar en novedosos esquemas hacia el fortalecimiento de los sectores agrícolas locales a fin de contribuir a la reducción del hambre, la pobreza y la desigualdad social.Hoy que vemos los anuncios publicitarios de la Secretaría de Agricultura, sería bueno mostrar al secretario de Agricultura los contrastes que hay en el campo mexicano y pedirle, con base en ello, que retire del aire esos mensajes que en verdad resultan ofensivos para los sectores más pobres del sector rural nacional. Se olvida también el secretario de Agricultura que invertimos 10 veces menos por año en el campo mexicano que en los Estados Unidos de Norteamérica; que nuestros subsidios son 30 veces menores que los de Europa y que estamos al borde del colapso ecológico e hídrico nacional.El caso del campo guanajuatense, por ejemplo, es paradigmático de las contradicciones que el secretario Cárdenas nos quiere ocultar a través de sus mensajes, propios de un funcionario miope y obtuso que está más preocupado por aferrarse a un cargo que por resolver los problemas frente a los cuales tiene responsabilidad jurídica y política. Si este secretario tuviera la voluntad de conocer el campo mexicano, tal vez tendría la voluntad de viajar 3 o 4 horas de caminos sin pavimentar, para ver el hambre y la frustración, por ejemplo, de un municipio rural como Santa Catarina, el cual es uno de los más pobres del país y que tiene una de las mayores tasas de intensidad migratoria a nivel mundial. Ojalá el secretario tuviera cara para ir ahí, donde en muchos de los hogares no hay siquiera agua, ya no digamos televisor, y sostener que estas personas son tan exitosas como la mejor deportista nacional de este momento. El Secretario de Agricultura al parecer no está enterado de que a unos cuantos kilómetros de Irapuato, Celaya o León, que tienen en efecto un poderoso sector agrícola, mecanizado y exportador, hay municipios como Xichú o el mencionado Santa Catarina, en donde se vive como en Gabón, en África. Que a unos cuantos kilómetros de Los Mochis o Culiacán, en Sinaloa, municipios de alta productividad agrícola se encuentra una de las zonas indígenas más deprimidas y más desiguales del país; que a unos cuantos kilómetros de Zacapu o Uruapan, en Michoacán, hay municipios como Tiripetío en donde hay niveles de desarrollo humanos similares a los de los países más pobres de Asia. Y así, a lo largo y ancho del país, el cual sin duda, un secretario acostumbrado a viajar en helicóptero y vehículos de lujo, le parece inconcebible y de hecho ignora, que sigue habiendo un México en el que se calzan huaraches; en el que se batalla todos los días para comer y en el que el hambre se trae pegada al pellejo, junto con la ignominia y la humillación pública de la indiferencia de las autoridades.Hoy que la crisis nos alcanzó es tiempo de invocar a la conciencia y la humildad de nuestros políticos y exigirles de una vez por todas que si no pueden con la responsabilidad, le abran paso a mexicanos que sí tienen vocación de servicio y que están dispuestos a trabajar hombro con hombro junto a los más pobres de nuestro país.