domingo, 4 de octubre de 2009

Juanito y la descompostura nacional. Periódico La Crónica

Saúl Arellano Opinión
Domingo 4 de Octubre, 2009 Hora de modificación: 00:21
Se ha convertido en deporte nacional burlarse del payaso público número uno del momento: el tal Juanito. Sin embargo, reírnos de él no es sino un acto de autoflagelación, porque implica reírnos de nosotros mismos; este personaje, a quien le urge encontrar autor, como diría un clásico, no hace sino situarnos ante el espejo de lo que hoy es el sistema político mexicano.El ridículo público al que ha estado expuesto el bufón de López en los últimos dos meses es el reflejo fiel de cómo se opera y se desarrolla la política en el país. La pregunta obligada es ¿por qué puede surgir un personaje tan lamentable (¿lastimoso?), como el señor Rafael Acosta, y cobrar la notoriedad y la capacidad de presencia pública en el escenario político nacional?¿Por qué las cosas en este país no funcionan? ¿Por qué la política puede convertirse en un circo de inacabables pistas, en donde no importa si se es ignorante, corrupto o simplemente incompetente?Han pasado ya varios meses de la tragedia de la guardería ABC y ninguno de los implicados ha dado la cara ni asumido a cabalidad la responsabilidad que le correspondía. Los días corren más lentos que la sangre que derrama la ineficaz lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado, y no hay atisbos de que las cosas vayan a mejorar en el corto plazo. “Por arriba”, el montaje y la espectacularidad de las detenciones; “por abajo” siguen las extorsiones a comerciantes y empresarios; la droga circula e inunda las calles sin que se disminuya el consumo, y los sicarios de toda talla y laya se pasean campantes por todo el territorio nacional.Los asesinatos y atentados contra periodistas siguen impunes y la práctica de esta profesión en México sitúa a quienes la ejercen en el segundo lugar más peligroso del mundo para realizarla.En el Congreso, la rebatiña por las Comisiones llevó a la pérdida de un valiosísimo mes de discusiones sobre el Paquete Fiscal 2010; mientras que la mezquindad y la avaricia ha llevado al colmo de que en partidos como el PRD se peleen los espacios, sin haber determinado aún quiénes van a ocupar los cargos que “consiguieron” en su famélica lucha al interior del Congreso. Sorprende que en el Acuerdo de la Junta de Coordinación Política en el que se dan a conocer los integrantes de las Comisiones Ordinarias, no aparezcan los nombres de las y los diputados perredistas que las integrarán. Patético de verdad. La pobreza no escatima en avances, y la ridícula discusión por el 2%, que antes que una reforma fiscal seria parece un acto fallido —en el sentido psicológico, claro está— de la Secretaría de Hacienda; discusión ridícula porque oculta lo que está en el fondo: la incapacidad del Estado, en los últimos 15 años, de generar el millón de empleos anuales que requerimos, cuando menos, para incorporar a la población económicamente activa al mercado laboral.La realidad en que viven 19.2 millones de hambrientos exige el compromiso y el trabajo decidido de todos; más aún considerando que con los datos disponibles, es posible afirmar que al terminar 2009, la mitad o un poco más de la población nacional, vivirá en algún grado de pobreza; condición inaceptable para un país de las dimensiones y magnitud del nuestro.Lo evidente es lo que no quiere ni decirse ni aceptarse, como si con ello se transformara: no hay diálogo político. Todos, dirigentes de partidos y funcionarios públicos se llenan la boca diciendo que tienen voluntad para dialogar, cuando no han sido capaces de hacer de la palabra el fundamento del diálogo.En la política reina la diatriba, la descalificación y la palabrería. La ignorancia campea y por ello el laberinto absurdo en el que se situó, por ejemplo, a los ciudadanos de Iztapalapa. Dichoso dilema el estar situado entre Juanito, como sinónimo de lo burdo y lo patéticamente hilarante y Clara Brugada, quien haría lucir a la Chimoltrufia como un paradigma de la inteligencia.La ética está desterrada de los corredores y palacios del poder. El negocio, la “transa” y la corrupción no han dejado de ser parte constitutiva del paisaje institucional mexicano, mientras que los mecanismos para la transparencia no deja de ser una engañifa que, ante cualquier asomo de riesgo para los poderosos, corren prestos a clasificar la información, bajo los términos de la Ley, eso sí, como “reservada”.Urge una reestructuración del pacto nacional. No podemos seguir perdiendo el tiempo en mezquinas disputas que nos están llevado, cada vez más, hacia el fondo de un callejón sin salida en donde lo que nos espera, es cuando menos la desesperanza y la inmovilidad.Octavio Paz dio por título a una colección de artículos, La pequeña crónica de grandes días; artículos por lo demás, escritos con palabras Mayores. Hoy, ante nuestra triste realidad, habría que escribir una paráfrasis y construir una gran crónica de los pequeños hombres que nos gobiernan.

1 comentario:

diegokike dijo...

acertado, por desgracia deseariamos todos. pero que puedo hacer, que podemos hacer (mejor dicho), aquellos quienes no estamos conformes con esos pequeños hombres, con aquella vieja maquinaria oxidada que le da la gran vida a los enanos y desdichas al pueblo entero, que podemos hacer. solo nos queda buscar y ver opiniones de aquellos que son idealistas o mas bien realistas, nos refugiamos en sus publicaciones pero nadamas, solo eso y ya. ahora le pregunto, que mas puedo hacer...