domingo, 14 de diciembre de 2008

Profundamente Tristes ... Periódico La Crónica

Saúl Arellano Opinión
Domingo 14 de Dic., 2008
Hora de creación: 02:02 Ultima modificación: 02:02
México tiene comprometido su futuro. La cita para llegar a “mañana” se pone en duda cotidianamente, y las expectativas en todos los renglones se sitúan a la baja, en una espiral hacia ninguna parte a la que los mercados de todos lados nos arrastran.Los espacios de la subjetividad son por necesidad inasibles. Empero, hay datos que permiten aproximarnos a ese mundo complejo del “mundo interior” de las personas, en el que los sentimientos operan y mueven; oprimen y liberan, y sin duda alguna, cobran efectividad en las elecciones y en las acciones de las personas.La alegría, por ejemplo, es definida por el diccionario de la Real Academia de la Lengua, como un “sentimiento grato y vivo que suele manifestarse con signos exteriores”. Es por ello que este sentimiento y su presencia ha intentado ser medido en muchas sociedades; así por ejemplo, en Europa, a través del llamado “Eurobarómetro”, se incluye una pregunta sobre el “grado de felicidad en el que se identifican a sí mismas las personas”.En 2007, la mayoría de los entrevistados a través del instrumento señalado declararon sentirse felices, con casos sorprendentes como el de Dinamarca, en donde sólo el 3% de las personas declaró “no sentirse felices”. En segundo lugar se encontraron los irlandeses, seguidos de los finlandeses, los suecos y los noruegos.Es seguro que como lo he señalado en múltiples ocasiones, en el conocimiento de lo social no se pueden establecer relaciones lineales. Sin embargo, es de llamar la atención que precisamente los países señalados con altos “niveles de felicidad” en sus poblaciones, no son los más ricos del mundo, sino las sociedades con mayor equidad del plantea, esto si el Informe sobre el Desarrollo Humano del PNUD tiene razón.Como contrapartida, España, Grecia y Portugal se situaron por debajo de la “media de felicidad” europea; y los países del este de Europa, en particular Bulgaria, es en donde menos personas se declararon como “felices”. Joan Subirats, catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona, destaca la relación que puede existir entre los niveles de felicidad “identificados” por el Eurobarómetro, con los sistemas de bienestar, los niveles de equidad de género alcanzados, así como la ausencia de pobreza y desigualdad, y encuentra que en efecto son los países con Estados sociales más fuertes en los que la gente se declara más feliz.En nuestro país carecemos de instrumentos suficientes para medir el grado de felicidad de nuestra población; y por ello es de destacar la importante encuesta que impulsó el Dr. Miguel Széckely en la Subsecretaría de Educación Media-Superior (SEMS), relativa a los niveles de exclusión, intolerancia y violencia en las escuelas públicas de educación media-superior en el país.En esta encuesta se muestran dos ámbitos preocupantes: un tremendo entorno de violencia y discriminación entre los jóvenes que cursan el bachillerato; y un entorno de profunda tristeza entre los jóvenes que tienen entre los 15 y los 19 años de edad.En el primero de estos ámbitos, la encuesta destaca que al 54% de los estudiantes del nivel bachillerato “no les gustaría convivir con enfermos de sida”; a otro 52% “no le gustaría convivir con personas no heterosexuales”; a un 51% le disgustaría convivir con personas con discapacidad y a un 47% le disgustaría convivir con un indígena.Estos niveles de discriminación y de intolerancia ante la diversidad lo que nos evidencian es una terrible fractura del tejido social y la enorme ineficacia del sistema educativo nacional para cumplir con lo que establece la Constitución en su artículo 3º, en el sentido de promover una educación que contemple la inclusión social, la paz, la convivencia y los derechos humanos.En el segundo de los ámbitos señalados, es de destacarse que se haya incluido un módulo en el que se buscó conocer los niveles de depresión y de estrés que persisten entre los estudiantes. Los resultados de la encuesta son abrumadores: 75% de las mujeres, y 46% de los hombres manifestaron que “en el último mes habían sentido ganas de llorar”; 60% de las mujeres y 40% de los hombres declararon “haberse sentido solos”.Adicionalmente, destaca el hecho de que igualmente, “en el último mes” el 45% de las mujeres y el 37% de los hombres afirmó haber sentido que “su vida había sido un fracaso”; 80% de las mujeres y 61% de los hombres dijo haberse sentido triste; y 61.5% de las mujeres y 47.2% de los hombres declaró “no poder dejar de estar triste”. ¡Dramática diferencia con los países nórdicos!¿Y cómo no estar tristes? Al tercer trimestre de 2008, 3.9 millones de niñas y niños entre los 5 y los 17 años trabajan en nuestro país, según los datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, 2008; y otros 3.2 millones de niñas, niños y adolescentes entre los 5 y los 17 años no asisten a la escuela. Por otro lado, las cifras sobre mortalidad de jóvenes son escalofriantes: las primeras causas de los decesos de los jóvenes han sido desde 2005 las causas violentas, es decir, los homicidios, los accidentes (fundamentalmente los de tránsito), los suicidios y en quinto lugar ya, el VIH-sida, si se incluye a la población que tiene hasta 29 años.Sólo por destacar un dato relacionado con estos ámbitos de “muertes a destiempo”, en 2007 hubo en México casi 2,400 casos de suicidios registrados (a ello habría que agregar las estimaciones del sub-registro), es decir, una suma similar a la que se da en el país por cáncer de mama o por cáncer de cérvix. Estamos hablando de 12 muertes por suicidio al día, dato realmente trágico pues literalmente, las muertes se cuentan por horas.La Encuesta realizada por la SEMS nos dice que el 46% de las mujeres y 28.7% de los jóvenes entrevistados declaró que en algún momento ha tenido la percepción de que “no vale la pena vivir”; 46% de las mujeres y 29% de los hombres declararon que han pasado por situaciones en la vida que les han hecho “desear dejar de existir”; 30% de las mujeres y 19% de los hombres declaró que han pensado en ocasiones que “vale más morir que vivir”; y lo terrorífico de los datos: 16.8% de las mujeres y 8.9% de los hombres declaró “haber estado a punto de intentar quitarse la vida”; y 11.9% de las mujeres, y 5.0% declaró haberse hecho daño al intentar quitarse la vida.Para finalizar con esta macabra danza de cifras, UNICEF estimó que en México el 60% de las niñas, niños y adolescentes del país viven en pobreza; y otros organismos nos advierten que la desigualdad, la marginación y la pobreza tienen las más severas consecuencias sobre este sector de la población.Frente a ello nuestra oferta pública y privada de políticas y programas es tremendamente limitada y a todas luces insuficiente. Haber realizado la Encuesta citada y haberla hecho pública es un gran avance; la pregunta que queda es ¿y ahora qué sigue? ¿Cómo hacer para que menos jóvenes se sientan tristes, solos y sin ánimo de vivir? Y sobre todo, ¿cómo vamos a hacer para asemejarnos un día a Dinamarca y podamos despertarnos todos, un día, preocupados sólo por el 3% de nuestros compatriotas que no se sienten felices?Tremendo reto tenemos, y tremenda responsabilidad ineludible. Lo inabarcable de los conceptos que implican estos temas debería hacernos conscientes de la inmensa tarea que tenemos por delante, y es hora de asumirlos.

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