domingo, 28 de diciembre de 2008

La crisis vista desde Manhattan. Periódico La Crónica

Saúl Arellano
Domingo 28 de Dic., 2008 Hora de modificación: 01:49
La crisis financiera no ha tocado fondo y ya dejó un saldo importante de gente que ha perdido sus empleos, sus seguros médicos y en numerosos casos hasta la parte sustantiva de su patrimonio al haber tenido que rematar o malbaratar sus coches, bienes primarios para el hogar o bien, hasta sus propias casas. En efecto, de acuerdo con algunas cifras no oficiales, el 35% de la población tiene que elegir entre pagar la renta de sus viviendas o comer.Y si alguien cree que este diagnóstico se refiere a alguna de nuestras ciudades en México, quizá sea más angustioso darse cuenta que el dato se encuentra en múltiples anuncios en autobuses o postes de la ciudad de Nueva York, no en los suburbios, sino en las mismísimas 5ª o Broadway Avenue.Lo angustioso proviene del hecho de pensar que si esto está ocurriendo en pleno “ojo de la tormenta”, en donde todo engañosamente parece no ser tan grave, habría que ir tomando previsiones mucho más aceleradas y realistas que las que se han generado hasta ahora, considerando que las redes de protección con que contamos en México son mucho más inapropiadas, débiles y cortas que las existentes en los Estados Unidos de Norteamérica.Nueva York es sin duda una de las principales metrópolis planetarias, no sólo por su dimensión y densidad poblacional, sino porque es la sede de uno de los ejes fundamentales del poder económico regional y global. Para ponerlo en perspectiva, el PIB de la zona metropolitana de Nueva York era hasta mediados de 2008 ligeramente superior al de todo Hong Kong, y mayor que la suma de las economías de todos los países de Centroamérica.Aún con ello, las perspectivas no son nada halagüeñas para su población. Una encuesta presentada el 23 de diciembre, fecha en la que de acuerdo con el canal de televisión 1NY, la gente, incluidos los no cristianos (que aquí son muchos) suele “estar mucho más confiada” debido a la proximidad de la Navidad, más del 60% de la población de Nueva York estaba convencida de que 2009 será un peor año en lo económico que el 2008, considerando además que cerca del 70% de la misma población considera que 2008 ha sido un “mal año económico para todos”.Con estos datos a la mano, decidí salir a la calle y preguntar la opinión de gente común y corriente sobre lo que creen que está por venir en los siguientes meses respecto de su bienestar económico, su calidad de vida y la calidad de vida de los demás. De las breves entrevistas que realicé he seleccionado cuatro testimonios que, me parece, dan cuenta del estado de ánimo general de la población:Amy Brewer, de Arkansas, sostiene: “Estoy aquí (en Nueva York) de vacaciones; lo que yo creo es que el próximo año será muy duro. La gente está perdiendo sus empleos en todas partes y será seguramente en enero o febrero que agoten sus ahorros cuando comiencen a desesperarse. Yo pienso que habrá más gente pidiendo asilo en los albergues, y que más va a perder sus cosas, sus coches para poder atender su salud o para poder seguir mandando a sus hijos a las escuelas. Creo que el próximo año va a ser seguramente más difícil que éste”.Zosia Roscislaw de Polonia, quien es propietaria de una tienda de regalos en la 7ª Avenida: “lo que estamos sintiendo es que aún cuando sigue viniendo mucha gente, ya no está comprando tanto como antes. Vienen y buscan principalmente las ofertas, y si antes llevaban dos o tres cosas, ahora llevan una o quizá dos. Y estamos en las fechas fuertes de regalos; no quiero pensar cuando termine la temporada y baje el turismo”.Sandra San Juan, de Ecuador: “Yo llegué aquí hace dos años y agarré un buen jale, pero ahora ya nos anunciaron que sólo vamos a trabajar tres o cuatro horas diarias, y que nos van a pagar si bien nos va a cinco (dólares) la hora. Y si reclamas, pues es muy simple; te dicen: sabes qué, con la crisis hay mucha gente que anda buscando así que si lo quieres, si no habrá mucha gente que prefiere tener cinco dólares a no tener nada”.Miguel López, de Puebla, México: “Nosotros estamos tratando de organizarnos más con los clubes que hay de poblanos por acá. Ya sabes, que aquí Nueva York es ya como la segunda casa del mole. Entonces lo que estamos haciendo es tratar de organizar colectas para cuando algunos de los compañeros se queden sin casa, pues tratar de ayudarles con la renta o ya por lo menos para un taco. Aquí la cosa ya se puso fea, y algunos ya mejor se regresaron. Nosotros trabajamos más en la construcción, y ahorita no están dando trabajo. Y ya casi ninguna empresa te está dando tiempo extra, que era lo que generalmente mandábamos a nuestras casas. Ahora ya no se puede, y ni cómo mandar traer a la familia. A qué la traes nomás a pasar frío y hambre”.A estos testimonios hay que agregar la innumerable lista de negocios con el fatídico anuncio en sus entradas: “going out off the business”; la gran mayoría, de acuerdo con una nota del New York Daily News debido a la imposibilidad de continuar pagando rentas, la caída de las ventas o simplemente, la imposibilidad de mantener el nivel de inventarios requeridos en una tienda de una zona tan tradicionalmente dinámica como Times Square.La desesperación está en todos los niveles. El caso del inversionista francés Rene-Thierry, quien la semana pasada se quitó la vida cortándose las venas de las muñecas de ambas manos, es el caso más reciente y sonado de la ya larga lista de corredores de bolsa, asesores e inversionistas que han perdido dinero y que han decidido suicidarse ante la magnitud de las pérdidas.La gente está improvisando como puede, y la única estrategia que han encontrado a la mano, a decir de muchos de los encargados de tiendas con los que he podido hablar en los últimos días, es reducir los precios y tratar de sostener ganancias bajas hasta que lo peor pase y comience la recuperación de la economía lo cual, la gran mayoría cree que no va a ocurrir sino hasta dentro de quizá un año y medio o dos.Frente a todo esto, quizá la lección más poderosa que podemos aprender en México es que lo peor que podemos hacer es cruzarnos de brazos. Sin embargo, a pesar de que sí tenemos posibilidades de aprovechar toda esta turbulencia y transformarnos estructuralmente, los fundamentalistas del mercado siguen actuando como fieles ayatolas de la mano invisible y las ventajas competitivas, sin terminar de comprender que la globalidad tal y como la entendíamos hasta el presente año deberá transformarse si quiere tener viabilidad y permanencia.En este inédito escenario, los catecismos de la Secretaría de Economía y Hacienda siguen con sus viejas y desgastadas letanías, mientras un nuevo catálogo de ficciones se apodera de nuestra realidad llevando a más gente a la pobreza en todos sus alcances y dimensiones: Rolando Cordera nos dice que el investigador emérito del SNI, Fernando Cortés, calcula que habrá a principios de 2009 un millón más de pobres alimentarios con respecto a los contabilizados en 2006, es decir, más de 15 millones de personas hambrientas en México, que claman por justicia y dignidad, mientras la ineficacia y la estulticia en la SRA, en Sagarpa y en otras dependencias responsables de las políticas de atención a muchos de los más pobres, siguen de la mano con cifras récord de subejercicio y manejos sospechosos de los recursos frente al escenario electoral del 2009.La tragedia no es nuestra única alternativa y en nuestras manos está avanzar hacia nuevas y más profundas reformas, que permitan construir puentes de solidaridad, justicia y dignidad para todos. Mientras tanto la crisis, vista desde Manhattan, se ve peor de lo que allá nos cuentan …

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