sábado, 2 de mayo de 2009

La influenza y la xenofobia. Periódico La Crónica

Saúl Arellano
Domingo 3 de Mayo, 2009
Hay patologías, igual de graves o más, que las producidas por los virus. Una de ellas es la xenofobia, actitud que en el fondo, conlleva también altas dosis de racismo e intolerancia.Por ello sorprende la actitud asumida por gobiernos de países como Francia, Israel, Argentina, Colombia, Cuba y una larga lista, que ante la emergencia mundial, han decidido cerrar prácticamente sus fronteras al ingreso de mexicanos, bajo el argumento del “riesgo del contagio”.En esas medidas, me atrevo a decirlo con todas sus letras, se asoma una actitud xenófoba y hasta racista. En momentos en los que se requiere la solidaridad internacional, más aún cuando ha habido un llamado honesto de nuestro país a la comunidad de naciones para enfrentar juntos esta amenaza, la respuesta ha sido solidaria de algunos, sí —como el caso ejemplar del gobierno español—, pero tremendamente excluyente de otros.Cuando la llamada “peste negra” asoló a Europa en el siglo XIV, epidemia que de acuerdo con los historiadores cobró la vida de un tercio de la población europea, se construyeron distintos mitos en torno a su surgimiento. Uno de los más penosos y absurdos fue el que derivó en la acusación y el asesinato de cientos, quizá miles de judíos, a quienes se les culpó de ser los generadores diabólicos de la peste, en una de las muestras más aberrantes de antisemitismo que se han dado a lo largo de la historia.Ese solo hecho es suficiente para volver incomprensible la posición del gobierno de Israel, el cual respaldó la iniciativa francesa de denominar a la actual epidemia de influenza provocada por el virus (A) H1N1, como “la gripe mexicana”, en una peligrosa actitud de estigmatización hacia nuestra población.Francia ha presumido ser el centro de la civilización occidental. De hecho es singular observar cómo muchos autores franceses hablan de “la modernidad” a partir de la Revolución Francesa, movimiento que en aras de la libertad, la igualdad y la fraternidad, derivó en procesos autoritarios sin precedentes a los que mentes tan lúcidas como la del Marqués de Sade, ofrecieron una resistencia ejemplar.Ante lo anterior Francia ha sido escenario de vergonzosos episodios de racismo: desde el caso del juicio al capitán Alfred Dreyfus, el cual es paradigmático del antisemitismo europeo, pasando por el colaboracionismo parisino con el régimen nazi, hasta las más recientes muestras de intolerancia ante las comunidades musulmanas radicadas en París, sin contar desde luego las terribles guerras de ocupación y expansionismo en África, y desde luego, el fallido intento de ocupación de nuestro país.Quizá algún avezado defensor de la cultura eurocentrista me acuse de resentimiento histórico; empero, nada hay más grave que pasar por alto cualquier viso de racismo o xenofobia, que por decirlo en una sola cifra, fueron en buena medida la causa de más de 45 millones de muertes durante la Segunda Guerra Mundial. El Plan de Acción de la Conferencia Mundial sobre el Racismo, la discriminación racial, la xenofobia y otras formas conexas de intolerancia, denuncia cómo el mundo sigue siendo escenario de “brotes” de lo que denomina, literalmente, como la plaga del racismo y la discriminación.En los últimos meses América del Sur ha enfrentado un brote epidémico de dengue y que yo sepa no ha habido ninguna iniciativa francesa para denominarlo “dengue argentino” o “brasileño” o “peruano” o utilizando el gentilicio de cualesquiera de los países afectados por ese brote. Tampoco se sabe de la cancelación masiva de vuelos o cierre de fronteras o restricciones al ingreso de pasajeros de esos países.Ante estas evidencias surge la duda de si no estará operando a nivel internacional lo que René Girard llama el “sistema expiatorio”, mediante el cual una buena parte de la comunidad internacional estaría construyendo justamente con México un “chivo expiatorio” ante la incertidumbre y alerta sanitaria global generada por la aparición del nuevo virus de la influenza humana.¿Por qué si existe la duda científicamente razonada acerca de que el virus pudo haber tenido su origen en el estado de California, los gobiernos de Francia, Israel y otros que los han seguido, no han cerrado sus aeropuertos a los vuelos provenientes de Los Ángeles? La alerta de la OMS es clara: no se recomienda el cierre de aeropuertos ni cancelación de vuelos ni cierres de fronteras, porque son medidas inútiles para detener la propagación del virus. ¿Por qué entonces cancelar y estigmatizar sólo a los mexicanos? Dirán lo que sea, pero a mí me parece una actitud realmente sospechosa.El filósofo Emanuel Levinás sostenía que aquello que más nos hace comprender la igualdad inherente a toda la humanidad, es nuestra vulnerabilidad ante el hambre; yo agregaría también, nuestra vulnerabilidad ante la enfermedad. Todos somos mortales y todos respiramos el mismo aire en este frágil planeta.La Declaración de Durban en contra del racismo hace un llamado a la formación de una “familia humana”, en un siglo XXI fundado en los derechos humanos y la democracia. La discriminación y el racismo mostrado ante México en este escenario de alerta sanitaria mundial, nos enseñan que estamos muy lejos de alcanzar un ideal de estos alcances.

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