lunes, 17 de agosto de 2009

Lo social está muy caliente. Periódico La Crónica

Lo social está muy caliente
Saúl Arellano Opinión
Domingo 16 de Agosto, 2009 Hora de modificación: 00:26
http://www.cronica.com.mx/notaOpinion.php?id_nota=451894

Hace una semana tuve la oportunidad de visitar la zona arqueológica de Xochicalco. Además de lo majestuoso del lugar, hay una lección que no podemos soslayar: la teoría más sólida en torno a las causas de la decadencia de esta Ciudad-Estado sostiene que hubo una rebelión que incendió y destruyó la ciudad. Las causas: el hambre y la sequía prolongada generaron un descontento social mayúsculo contra la clase dirigente.Después del incendio y la destrucción masiva de Xochicalco, ésta nunca pudo reconstruirse, ni físicamente ni mucho menos en sus redes sociales, de comercio y de poderío político y militar que se había consolidado a lo largo de casi 200 años de esplendor.Mirar al pasado nos ofrece la posibilidad de aprender que las sociedades pueden colapsarse cuando faltan dos factores esenciales para la vida: el agua y los alimentos. Cuando hay pobreza, hambre y enfermedad, la gente no tiene nada que perder y puede estar dispuesta a tomar medidas desesperadas, incluso violentas para intentar protestar o transformar su realidad.Las cifras que tenemos sobre la pobreza nos revelan muchas cosas; en primer lugar, que la carencia de ingresos es resultado de estructuras de desigualdad arraigadas en el aparato institucional, y que incluso se refleja en la forma en cómo se diseñan los presupuestos y las políticas públicas, de tal forma que puede asumirse que la desigualdad se ha convertido, paradójicamente, en una política del Estado.Según los datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en México no hay un sólo municipio en que las mujeres tengan el mismo nivel en el Índice del Desarrollo Humano que sus contrapartes masculinas; y según los datos disponibles sobre ingreso per cápita, las mujeres del municipio de mayores ingresos del país (San Pedro Garza García, Nuevo León), supera abismalmente el ingreso de las mujeres de Santiago del Pinar, en Chiapas, en donde en promedio las mujeres perciben 110 dólares anuales; es decir, una diferencia de 249 veces, lo cual no puede ser calificado sino como de simplemente inmoral.Las peores condiciones de vida en el país están en el campo y en las zonas indígenas, en donde a estas alturas, debe insistirse, no hay mucho que perder; lo interesante del caso es que el Gobierno Federal, y la inmensa mayoría de los gobiernos estatales parecen no tener ni las categorías ni los instrumentos de información para saber qué se está moviendo al nivel de colonias, barrios y comunidades. No hay nada peor para el Gobierno que moverse en la incertidumbre; por ello resulta aberrante la posición de extremo optimismo público desde la cual, a pesar de la dimensión de la crisis que ya se nos estrelló en el rostro, el Gobierno Federal insiste en decirnos que lo peor ya pasó. Eso es una mentira del tamaño del boquete fiscal de más 800 mil millones de pesos que tendremos entre 2009 y 2010.Vienen en los próximos meses las revisiones salariales y contractuales de poderosos sindicatos —como el del IMSS— que pueden propiciar movilizaciones sociales de grandes dimensiones, y que sin los controles ni los puentes para la negociación y el diálogo, el Gobierno Federal se enfrentará a problemas de los que me atrevo a asegurar no tienen idea de la dimensión de lo que puede venírseles encima.A Felipe Calderón se le acabó el tiempo. Cada día que pasa sin realizar relevos en su Gabinete es un día que la sociedad mexicana pierde en términos de posibilidad de mejorar sus condiciones de vida. Asimismo, cada día que el Gobierno Federal deja pasar sin impulsar ni empeñar sus esfuerzos para revertir las condiciones estructurales de desigualdad y pobreza, es un día que la sociedad pierde en términos de equidad, justicia y dignidad.Lo social está muy caliente. Cuando hay hambre hay frustración, pero también coraje, resentimiento, deseo de revancha; y eso no se reduce con becas ni apoyitos estilo el Programa Oportunidades. Lo que debe revertirse son las estructuras de desigualdad. De otro modo, el Estado estará realizando una permanente invitación a la revuelta social, lo cual no es descabellado pensarlo sobre todo a la luz de lo que recientemente ocurrió en París y Atenas, en donde miles de jóvenes salieron a la calle a protestar y a enfrentarse con las policías para exigir mejores condiciones de inclusión y desarrollo.Los márgenes de maniobra están acotados; cientos de municipios están al borde de la quiebra; más de 2.4 millones de personas no tienen empleo; la pobreza crece y a finales de 2009 rebasará la tétrica suma de 20 millones de personas en pobreza alimentaria; y ante ello, la Secretaría de Hacienda nos informa que recetará más impuestos, profundos recortes presupuestales a lo social, y ahora hasta la peregrina idea de que los municipios “bursatilicen” los recursos provenientes de las Participaciones Federales, es decir, más dinero para sus secuaces y más riesgo financiero para los gobiernos de todos los órdenes.Ante este escenario, aunque el verano está ya muy avanzado, vale la pena citar el título de aquella película de Spike Lee: en la complejidad de lo social, apenas “comienza el calor”.

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