sábado, 27 de marzo de 2010

México Bicentenario: una crónica de la desigualdad

Saúl Arellano

Opinión Jueves 25 de Marzo, 2010
http://www.cronica.com.mx/nota.php?id_nota=496638

El día de ayer dio inicio el Diálogo Bicentenario por un México Social. Se abordaron temas relativos a la educación, la salud y el mundo del trabajo. En cada una de estas mesas participaron académicos como Rolando Cordera, Olac Fuentes, Manuel Gil Antón, y políticos de una gran trayectoria y experiencia como Dulce María Sauri.

La conferencia inaugural, dictada por el rector de la UNAM, el doctor José Narro, marcó el tono del debate: México no puede ser un país en el que se siga concentrando la riqueza en unas cuantas manos, y tampoco puede ser uno en el que los más pobres no tienen la posibilidad de dejar de serlo.

Las cifras recogidas por el rector Narro constituyen una poderosa síntesis descriptiva de las condiciones generales que guarda la cuestión social: alta mortalidad infantil, miles de muertes evitables, casi seis millones de analfabetas, más de 19.5 millones de hambrientos, así como desigualdades entre municipios que son comparables a la distancia que existe entre un país como los Estados Unidos de América y Zambia.

Por ello, comentó atinadamente el doctor Narro, no es posible que sigamos siendo un país en el cual se generan rescates económicos de todo tipo, desde los bancarios hasta los carreteros, y no ser capaces de generar el rescate más importante: el rescate social de una masa empobrecida y agobiada por la carencia.

Asimismo, el doctor Narro hizo hincapié en la necesidad de generar un nuevo modelo de crecimiento y, más aún, un modelo de desarrollo para las minorías, es decir, uno que permita la inclusión de todos, independientemente de su origen, condición étnica o pertenencia familiar.

Rolando Cordera, por su parte, hizo énfasis en el hecho de que el proceso modernizador del país se ha dado en las últimas décadas sin un rumbo bien definido; en esta mesa, hubo coincidencia en dos temas mayores: el primero, lograr una reforma laboral que efectivamente se diseñe para garantizar el trabajo digno para todos los mexicanos, y en segundo término revisar la política salarial en el país, la cual pasa necesariamente por la revisión del salario mínimo y su papel efectivamente remunerador.

Olac Fuentes abordó el tema de las enormes desigualdades educativas que persisten en el país; una de las principales conclusiones de la mesa relativa a la agenda educativa pendiente es lograr construir una nueva política que ponga el énfasis en el derecho al aprendizaje, antes que en el derecho a tener acceso a servicios educativos que no han logrado garantizar calidad.

David Kershenobich sostiene que México es también un país desigual en lo que se refiere a los servicios de salud. Habló de la existencia de distintos “Méxicos” y de cómo una persona que nace en las regiones más pobres de nuestra nación puede tener hasta 10 años menos de esperanza de vida con respecto a las zonas más adelantadas.

Todo ello lleva de vuelta a un interesante argumento de Rolando Cordera: vivimos una serie de dislocaciones de la cuestión social, que impiden el diálogo interinstitucional; que impiden el diálogo entre distintos sectores y actores y, sobre todo, que impiden concluir y perfeccionar la transición, tanto política como económica, la cual persiste extraviada.

Todo ello inserto en un proceso globalizador, ante el cual, a la luz de la desigualdad y la pobreza planetarias, no puede dejar de pensarse en la estructura de un sistema que está diseñado para devorar sangrientamente a sus miembros.

Esta figura obliga a evocar a la clásica pintura de Rubens, recreada posteriormente por Goya como parte de sus obras negras, de Saturno devorando a sus hijos. En ella se ve al dios enterrando sus dientes en la carne viva de uno de sus hijos, en una de las escenas de mayor belleza y violencia recogida por la pintura.

México no puede ser este Saturno, ni mucho menos puede asumir que la tragedia es su único destino posible. No podemos seguir aceptando que sólo tres de cada 10 jóvenes que ingresan a la universidad la concluyan, que sólo seis de cada 10 jóvenes en edad de asistir al bachillerato puedan hacerlo y que tengamos regiones en las que la deserción en tercer grado de secundaria llegue hasta el 40 por ciento.

Sin duda, las preguntas planteadas al inicio del diálogo por Mario Luis Fuentes atraviesan toda esta discusión: ¿cuáles son las esferas de justicia ante las cuales el Estado no puede retraerse? Y más aún, ¿cómo es posible que a 200 años de vida independiente no hayamos sido capaces de haber creado un sistema educativo universal y gratuito hasta la universidad?

¿Cómo ha sido posible que a 200 años de la Independencia no hayamos podido construir un sistema universal de acceso a la seguridad social y por qué en estas dos centurias no hemos logrado construir un modelo de desarrollo que genere empleo digno para todos?

Este día se discutirán en el Diálogo Bicentenario temas relativos a la nueva agenda social que impera en el país; participarán Mario Luis Fuentes, Fernando Cortés, Ruth Zavaleta, y los diputados Luis Enrique Mercado y Felipe de Jesús Cantú.

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