lunes, 8 de septiembre de 2008

Por: Saúl Arellano, Lunes, 08 de Septiembre de 2008

INTRODUCCIÓN:

San Diego de la Unión fue fundado originalmente en 1719 con el nombre de San Diego de Biscocho, por Manuel María de Torres. Posteriormente, en 1875 le fue concedido el título de Villa de San Diego de la Unión, nombre que conserva hasta ahora.

San Diego se sitúa justo en la parte norte del estado, y colinda con el estado de San Luis Potosí y con los municipios de Dolores Hidalgo, San Felipe y San Luis de la Paz.
San Diego es sede de algunas de los picos más altos de la entidad localizados en Peña Alta, cuya altitud es aproximadamente de 2,200 metros sobre el nivel medio del mar.
De acuerdo con el INEGI, en 2005 San Digo de la Unión tenía una población de 34,401 habitantes, de los cuales, 15,863 eran hombres y 18,538 eran mujeres, lo que daba un índice de masculinidad de 85.6 hombres por cada 100 mujeres.
Para 2012, CONAPO estima que habrá en San Diego una población de 32,080 habitantes, de los cuales, 14,597 serán hombres y 17,483 mujeres. Estos datos muestran cómo, al igual que en casi todo el estado hay un decrecimiento importante de población, y una pérdida en el índice de masculinidad, pues en el 2012, para San Diego descenderá a 83.4.
INEGI calculó igualmente en el 2005 una cantidad de 7,021 viviendas en el municipio, en las cuales habitaban 7,302 dos hogares, de los cuales 5,286 (72.3% del total) tenían una jefatura masculina, mientras que los restantes 2,016 (27.7%) tenían una jefatura femenina, cifra que seguramente se incrementará de cara al 2012 debido a la constante pérdida de población masculina en el municipio.
Destaca también que en 2005, en San Diego de la Unión había 469 hogares compuestos por una sola persona, de los cuales, 171 eran hombres y 298 mujeres, lo que ratifica la tendencia a que en San Diego, como en todos los municipios de alta migración, las mujeres padezcan mayores condiciones de vulnerabilidad pues cada vez vivirá un mayor número de ellas, solas.
Asimismo, sobresale en San Diego que prácticamente en la mitad de las viviendas viven en promedio cinco o más habitantes, teniendo como extremo a 686 viviendas con más de 9 ocupantes cada una, es decir, 6,174 personas (casi la quinta parte de la población) habitando en viviendas con las ya señalados 9 o más ocupantes, lo que habla del enorme hacinamiento que se vive en este municipio.
San Diego es un municipio que está envejeciendo muy rápido; para 2005, el número de personas mayores de 60 años era de 3,114, mientras que el número de niños entre 1 y 4 años fue de 4,429.
Esta brecha se irá cerrando y es muy probable que a más tardar en 2020, de continuar las tendencias, las cifras se igualen o se inviertan.
En el año 2000, San Diego ya era catalogado como un municipio de Alta Migración, con más del 20% de los hogares con familiares viviendo en los Estados Unidos de Norteamérica, y con más de 18.5% de sus hogares recibiendo remesas de aquel país.
Para dimensionar el fenómeno basta compararlo con León, un municipio con "baja intensidad migratoria" en el 2000, y con sólo el 4% de los hogares receptores de remesas.
Como puede verse, en términos de proporciones, podría decirse que en San Diego hay 4 veces más migración que en León.

LA POBREZA
A diferencia del anterior municipio analizado, Salvatierra, en San Diego de la Unión el fenómeno migratorio no ha permitido paliar la pobreza; esto debido seguramente a su posición geográfica y a estar ubicado en una región geográfica mucho menos favorecido por el desarrollo en su alrededor.
Así, en 2005 CONEVAL detectó que San Diego es uno de los municipios más pobres del estado, con un 40.1% de su población en condiciones de pobreza alimentaria, es decir, 13,794 personas en situación de hambre; asimismo, 49% de la población municipal padecía pobreza de capacidades, es decir, 16,856 personas sin capacidades para satisfacer sus necesidades de alimentación, salud y educación; y finalmente, se contabilizó a un 70.2% de población en condiciones de pobreza patrimonial, esto es, 24,080 personas pobres en el municipio, lo que equivale a que más de dos de cada tres personas en San Diego son pobres, lo cual, argumenten lo que argumenten las autoridades del estado, constituye un verdadero agravio, no sólo para el municipio, sino para toda la entidad.

LA MARGINACIÓN
El Consejo Nacional de Población define a San Diego de la Unión como un municipio de Alta Marginación. En efecto, ninguna de sus localidades está definida como de "Muy Alta Marginación" y el 79% de su población vivía en 2005 en "Alta marginación", es decir, poco más de 27 mil de los 34 mil habitantes del municipio vivían en esa condición, lo que implica que de las 144 localidades, 9 son de "muy Alta Marginación" y 121 de "Alta marginación".
Estos datos implican que San Diego de la Unión haya sido en 2005 el municipio con mayor porcentaje de población en viviendas sin drenaje o excusado, con 48.41%; 53% de su población vivía con algún grado de hacinamiento; y el 16.93% de sus habitantes habitaba en viviendas con piso de tierra.

EL DESARROLLO HUMANO
Es obvio que al haber tales niveles de pobreza y marginación, el desarrollo humano en San Diego no puede ser de ningún modo alto. Estas bajas condiciones de desarrollo humano se reflejan en las altas tasas de fecundidad que se mantienen en el municipio, pues en promedio, en San Diego, en el año 2005 las mujeres tenían 3.3 hijos vivos, el cual es el tercer promedio más alto en la entidad.En el ámbito educativo, San Diego destaca como el cuarto municipio con mayor porcentaje de analfabetismo en la entidad, con un 20.77% de los mayores de 15 años en esa condición; esto implica que 4,422 personas en 2005 no sabían leer ni escribir, de los cuales 1,686 eran hombres (39.9%), y 2,736 eran mujeres, lo que indica una de las aristas del enorme rezago e inequidad entre hombres y mujeres en el estado y en el municipio en particular.
Aunado a ello, 371 niñas y niños entre los 8 y los 14 años no sabían leer ni escribir, de los cuales, 236 eran hombres y 135 eran mujeres. Asimismo, en el 2005, INEGI detectó que en el municipio había 193 niñas y niños de 6 a 11 años que no iba a la escuela; datos que en sí mismos constituyen una grave violación a la Convención de los Derechos del Niño, y de sus protocolos, mismos que México ha ratificado y que está obligado a cumplir.
Esta realidad se refleja en el hecho de que en 2005 San Diego presentó un promedio de escolaridad de 5.01 grados, lo que se ratifica al analizar los datos del Índice de Marginación en el que se percibe que el 46.4% de la población mayor de 15 años no había concluido la primaria en el 2005, y en el Índice de Rezago Social, en el que se muestra que en ese mismo año, el 76.5% de la población mayor de 15 años no había concluido aún la educación secundaria.
En materia de salud, San Diego de la Unión presentó en 2005 una tasa de mortalidad infantil de 33.81 muertes de menores de un año por cada mil nacidos vivos, esto es, la segunda mayor tasa en la entidad, y similar a la de un país como Argelia.
Debe señalarse que esta tasa no sólo no se redujo entre el año 2000 y el 2005, sino que incluso se incrementó ligeramente al pasar de 33.22 en 2000, a los ya señalados 33.81 en el 2005, lo cual constituye, por sus implicaciones éticas y políticas, un hecho literalmente criminal.
En materia de ingreso, San diego es uno de los municipios con menores percepciones económicas por personas, pues en 2005 llegó a sólo 4,664 dólares por habitante y año.
Para dimensionar la pobreza que esto implica, ese nivel de ingreso es similar al que tenía Perú en el año 2000 e incluso inferior al de Gabón en ese mismo año.
Con estos indicadores, San Diego de la Unión cayó en más de 400 lugares en su posición relativa en el IDH entre 2000 y 2005, pues descendió del lugar 1543 a nivel nacional, al 1962, lo cual lo sitúa entre los 500 municipios con menor desarrollo humano en el país.

CONCLUSIONES
San Diego de la Unión muestra preocupantes estancamientos en el ámbito del desarrollo social. Es inaceptable, en cualquier parte del mundo, que la tasa de mortalidad infantil no sólo no sea reducida, sino que además se incremente.
Eso habla de incompetencia o al menos de omisiones graves en el ejercicio del gobierno.
San Diego muestra ya los dramáticos efectos de la migración forzosa; cada vez hay más personas en edad avanzada; y cada vez más estas personas se queda más solas, con las implicaciones que ello tiene, no sólo en términos económicos, sino en materia de efectos psico-sociales.
No percibirlo, como ha ocurrido hasta ahora, habla de gobiernos insensibles y que no comprenden la complejidad de la cuestión social.
Es inaceptable una caída de más de 400 lugares en su posición en el desarrollo humano nacional, lo cual es reflejo del rezago y el lentísimo avance que está teniendo nuestro estado con respecto a otras entidades del país.

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