lunes, 29 de septiembre de 2008

Y la Migración sigue. Periódico La Crónica

Por: Saúl Arrellano Opinión
Domingo 28 de Septiembre de 2008 Hora de publicación: 00:22
http://www.cronica.com.mx/nota.php?id_nota=387836

La agenda nacional está atrapada en el debate sobre la violencia. Los cobardes atentados en la ciudad de Morelia y los múltiples asesinatos que continúan presentándose en todo el territorio nacional han capturado la atención de prácticamente todos los medios de comunicación y sin duda alguna, constituyen el tema central de las preocupaciones de la opinión pública.A pesar de la relevancia del tema, hay otras agendas estructurales que no debemos perder de vista y frente a las cuales no podemos bajar la guardia si de verdad queremos generar soluciones integrales para el desarrollo, para la equidad, la justicia y la dignidad.Recientemente, Conapo dio a conocer varios documentos sobre migración internacional que muestran, sin duda alguna, los resultados de las pésimas políticas sociales que han operado desde hace prácticamente 20 años en el país, y que se han reducido a acciones de asistencia social que, dicen los tecnócratas, se rigen por los mejores criterios de eficiencia, a fin de que los pobres puedan resistir mientras llega el desarrollo.Y mientras este ansiado y prometido desarrollo hace su aparición, la realidad desborda a todos los modelos econométricos y de toda índole, y lleva a miles de paisanos a la búsqueda de alternativas que definitivamente no se encuentran en sus lugares de origen por lo que tienen que migrar, ya bien al interior del propio país, o a los Estados Unidos de Norteamérica.Los datos que nos ofrece Conapo no hacen sino confirmar lo que muchos hemos venido señalando desde hace años: los mexicanos constituyen una de las minorías étnica más numerosas en los Estados Unidos de Norteamérica y las tendencias muestran que el proceso no se va a revertir, no al menos en los próximos cinco años.En efecto, de los más de 288 millones de habitantes que se contabilizaron como población en los Estados Unidos de Norteamérica en el 2005, 37.8 millones de personas son inmigrantes y de éstos, 11.16 millones son de origen mexicano; esto sin contar a los hijos de los mexicanos que nacen ya en territorio estadunidense, y que muchos de ellos mantienen el apego a sus raíces y sus vínculos e identidad nacional. Con esta población, se estima que hay al menos 25 millones de mexicanos en el país del norte.Las cifras consolidadas que se han presentado en este 2008 muestran además una tendiente creciente en el envío de las remesas de los Estados Unidos hacia nuestro país. Así, aún cuando el ritmo de crecimiento anual ha venido a la baja desde 2006, el volumen del dinero que envían los migrantes a México creció en 17.1% con respecto a 2005, llegando a una cifra récord de 22 mil 700 millones de dólares.En ese sentido, es preciso destacar varias novedades en las cifras y los números relativos a las remesas. En efecto, entre 1990 hubo modificaciones importantes en el orden de las entidades de la República, considerando el monto de remesas que reciben. Así, entre 2005 y 2006, Michoacán se mantuvo como el principal receptor de dólares provenientes de la Unión Americana, con una impresionante suma de 2,419 millones de dólares en 2006. Para dimensionar esta cifra vale la pena destacar que superó a la inversión extranjera directa recibida por un país como Nicaragua.Destaca en segundo término, que Guanajuato desplazó a Jalisco como el segundo lugar nacional en recepción de remesas, pues en 2006 recibió un monto de 2,100 millones de dólares. En tercer sitio en el país, se ubicó por primera vez el Estado de México, con casi 2 mil millones de dólares, seguido muy de cerca por Jalisco, que aparece ya en el cuarto lugar nacional con 1,958 millones de dólares. Sorprende además que el Distrito Federal se mantuvo, en el mismo periodo (1995-2005,) en el quinto lugar nacional como receptor de remesas, con más de 1,500 millones de dólares recibidos en el 2006.En la lista nacional, las entidades que menos reciben remesas son Baja California Sur, con 29 millones de dólares de captación de remesas en 2006; Campeche, con 65 millones de dólares y Quintana Roo, con 99 millones de dólares.Es grave para el país que la población que emigra de México esté generando cuatro veces más ingresos para nuestro país que las exportaciones netas del sector agropecuario, lo que trae aparejado uno de los problemas de fondo en esta cuestión: los migrantes siguen siendo personas mayoritariamente provenientes de municipios o localidades rurales, lo que una vez más, lleva a la cuestión de la ingente pobreza y la desigualdad que vive el sector rural e indígena de nuestro país.Otro dato a destacar es el número de hogares receptores de remesas que hay en México pues, aún cuando las cifras de ingresos por esta vía son descomunales, son muy pocos los hogares que reciben este dinero. Así, de los más de 25.7 millones de hogares que había en nuestro país en 2005, sólo 1.53 recibían la mayor proporción de las remesas captadas.Sorprende que en los últimos dos años, el único programa en serio que tiene el gobierno federal, y esto debe ponerse entre comillas, es el Programa 3 x1, el cual, como ya lo señalé recientemente en otro artículo, ha tenido importantes recortes presupuestales en los últimos dos años.Peor aún resulta el hecho de que este año, el paquete económico entregado por la Presidencia de la República al Congreso, recorta más de seis mil millones de pesos de la propuesta de Presupuesto de Egresos para el Ejercicio Fiscal 2009, en medio de la peor crisis económica internacional que hemos enfrentado en 13 años, y sobre todo, en medio de la mayor crisis alimentaria y del sector agrícola que hayamos conocido en los últimos 50 años a escala mundial.No es éticamente sostenible ningún recorte al gasto social; menos aún en los sectores de los que dependen los más pobres para sobrevivir; lo que lleva al otro tema de fondo: el criminal subejercicio que se tiene en los programas sociales y en los programas dirigidos al desarrollo social.Así, por citar sólo los casos con mayor número de migrantes, y que son Michoacán y Guanajuato, en ambos hay subejercicios por arriba del 70% en distintos programas de operación tanto federal como estatal, lo que constituye verdaderos agravios en contra de los que menos tienen y que por lo tanto, son quienes más exigen el respaldo y el apoyo de las autoridades del Estado.México no puede esperar más a que “pase algo” fuera del país que nos jale al desarrollo y al despegue en el bienestar y la equidad de las personas. En una reciente intervención, el Presidente de la República sostuvo que su administración no descansará hasta que no haya un mexicano que tenga que irse de México a buscar mejores oportunidades de vida. El problema es que sus metas sexenales son muy pobres y que este tipo de declaraciones, antes que ayudarlo, lo sitúan en mayores riesgos ante la opinión pública crítica y que hace análisis no con base en los discursos, sino con base en datos y evidencia estadística.México está obligado a redoblar los esfuerzos contra la pobreza, pero sobre todo en contra de la desigualdad. Los pobres no pueden esperar a que los funcionarios aprendan cómo operan los programas o simplemente que se les dé la gana ponerse a trabajar. Así en Michoacán y Guanajuato y así en todo el país, en donde la mediocridad de los burócratas nos está llevando a crisis mucho más profundas de lo que a simple vista puede percibirse.

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