lunes, 30 de marzo de 2009

Dos seductoras mujeres y un país malinchista. Periódico La Crónica

Saúl Arellano Opinión
Domingo 29 de Marzo, 2009 Hora de modificación: 00:54
http://www.cronica.com.mx/notaOpinion.php?id_nota=423220

Carla Bruni y Hillary Clinton son sin duda alguna dos mujeres que, aún desde dos posiciones radicalmente distintas, conocen de las formas del poder, y las utilizan con una maestría literalmente encantadora. No es de sorprender que ambas contribuyan sustantivamente al posicionamiento de agendas de prioridad nacional e internacional en sus respectivos países.La reciente visita de la secretaria de Estado de los Estados Unidos de Norteamérica a nuestro país es significativa porque dio la impresión de que en sólo 48 horas la relación bilateral estaba completamente restaurada y que estaríamos entrando en una nueva etapa de cooperación bilateral.Sobre el tema vale la pena destacar varios detalles. El primero es la cobertura mediática que han tenido las visitas tanto de Nicolás Sarkozy y su elegante esposa; y de la secretaria Clinton. En ambos casos, sobre todo en televisión, se privilegió el frívolo debate en torno a sus vestimentas, estilos y cuestiones tan superficiales como el color de sus bolsos.Por otro lado es importante destacar cómo la diplomacia mexicana se vio una vez más rebasada en su capacidad para establecer agenda. En el caso del presidente francés se lograron muy pocos resultados en materia de posicionamientos clave de nuestro país frente a Francia, tales como la posibilidad de construir un poderoso puente en nuestra relación con Europa y otras regiones de influencia europea, incluido el tema del Consejo de Seguridad de la ONU; y en el caso de la secretaria Clinton se perdió una vez más la oportunidad de actuar con audacia en el planteamiento de un país que se sitúa a la vanguardia en la construcción de un nuevo orden mundial.Esta semana el presidente de Brasil, Lula Da Silva le señaló a Gordon Brown, primer ministro británico, que la crisis que estamos padeciendo, junto con las otras del siglo XX, fueron causadas fundamentalmente por hombres blancos y de ojos azules.En México hemos tenido la visita de tres de los países más emblemáticos en el mundo desarrollado en las últimas semanas, y la Presidencia de la República ha preferido la difusión de cuestiones propias del jet set (visitas a museos, iglesias, etcétera.), antes que de acuerdos fundamentales y posiciones que renueven el papel de nuestro país en el ámbito internacional.El argumento que esgrimió el presidente Lula, antes que una muestra de resentimiento social o racial, apunta a establecer claras definiciones sobre la forma en cómo se ha organizado la economía global y cómo se han distribuido de manera desigual capacidades, recursos y beneficios; y más aún sobre la forma en cómo debe organizarse el proceso de reconstrucción del sistema financiero y económico mundial.Nada de esto se escuchó con claridad de parte de nuestro gobierno en las últimas semanas. La señora. Bruni impactó a todos con su belleza; la secretaria Clinton diseñó una inteligente y estratégica agenda simbólica al recorrer los circuitos que representan a varios de los grupos de poder fáctico del país (la Iglesia católica y el empresariado a través de su principal escuela). Frente a ello, la inanición de ideas y un franco malinchismo a prueba de todo.Con Francia pudimos haber planteado una revisión del Acuerdo de Asociación Económica que es mucho más amplio y completo que el TLACAN. Pudimos abrir una agenda mucho más allá de las inversiones de capital y construir procesos de intercambio de ciencia y tecnología, que nos ayuden a cerrar la brecha digital que nos está llevando a una pérdida constante de competitividad a escala global.Con los Estados Unidos de Norteamérica pudimos posicionar una agenda real para la prosperidad, que implique una profunda reforma a las políticas medioambientales bilaterales –el tema del agua del Río Bravo, por ejemplo–; replantear el Plan Puebla Panamá para darle sustentabilidad y erradicar la desigualdad que separa al Sur-Sureste del país y a la región de Centroamérica, de las entidades del norte de nuestro país y por supuesto, de los Estados Unidos. Reconstruir procesos de intercambio y cooperación para la reforma educativa, en el sector salud y en la preparación para fenómenos que se espera tengan impacto global como las nuevas pandemias (entre otras la gripe aviar) y el cambio climático.Al contrario de ello, la mayoría de las notas apuntaron a cuestiones propias de programas de revista; temas trilladamente electoreros y sin capacidad de fortalecer nuestra posición –como el de la reforma migratoria light– que ha planteado el gobierno mexicano, y una incapacidad moral e intelectual para replantear una nueva dinámica mexicana en la reconstrucción del orden internacional que se avecina.Como consecuencia, tendremos otra gris participación en la Cumbre de las Américas; nuestra agenda seguirá dominada por el tema de la inseguridad; y envidiaremos una vez más a personalidades que, como el presidente Lula, han construido otra estatura ética para poder decir, sin malinchismos, que la crisis tiene responsables y que éstos son predominantemente, debe insistirse, los hombres blancos y de ojos azules. En México, al fin y al cabo, nos conformamos con ser los favoritos de la aristocracia mundial.

No hay comentarios: