domingo, 30 de diciembre de 2007

Lo que nos deja 2007 en loo social. La Crónica

^Por Saúl Arellano
Periódico La Crónica
Domingo 30 de diciembre de 2007
El año que termina nos ha dejado múltiples lecciones en torno a lo social. En primer lugar, se ha confirmado lo se ha venido denunciando desde hace varios años: México padece una desigualdad crónica que amenaza con lastimar definitivamente el orden social.Por otro lado, aún cuando las cifras oficiales nos muestran cierta reducción en los niveles de pobreza en que viven millones de mexicanos, lo que esos datos nos evidencian también es la fragilidad de nuestra economía, y la vulnerabilidad de las personas ante los vaivenes económicos; esto es, aún cuando las personas logran “colocarse” en algún empleo, el ingreso y las prestaciones económico-sociales son tan precarias y los entornos sociales tan agresivos, que la probabilidad de caer en la pobreza extrema es casi siempre mayor que la posibilidad de “escalar” en su posición económico-social.Asimismo, lo que nos han mostrado distintos estudios elaborados por organismos como el Banco Mundial, el BID o la CEPAL, es que en México se han arraigado estructuras institucionales que no sólo no contribuyen a reducir la desigualdad, sino que por el contrario, permiten que las desigualdades persistan e incluso se profundicen.No hay duda de que hay esfuerzos para combatir la pobreza, pero éstos han sido insuficientes y no están diseñados para avanzar a la velocidad que requerimos para lograr generar condiciones de calidad de vida digna, el cumplimiento pleno de los derechos humanos, así como para la formación de una nueva ciudadanía social. Para lograrlo, hoy sólo contamos con programas de asistencia social, como Oportunidades, que ya no alcanzan para atender las dimensiones de la pobreza y marginación que hoy vivimos.Otra de las lecciones que nos deja el 2007 es nuestra fragilidad ante los desequilibrios ambientales y los efectos directos del cambo climático. Lo ocurrido en Chiapas y Tabasco es sólo una pequeña muestra de los escenarios probables que tendremos que enfrentar en los años por venir, de continuar las actuales tendencias de alteración de los factores climáticos y la estabilidad de los sistemas del clima local y global. Debemos considerar que los efectos del cambio climático y del calentamiento global van a continuar generando desplazamientos migratorios involuntarios, afectaciones permanentes a las estructuras productivas de numerosas ciudades, así como a la infraestructura social básica de comunidades, pequeñas ciudades o incluso centros urbanos tan importantes como Villahermosa.En esa misma lógica, el 2007 nos enseñó que no habrá muro, políticas o decisiones migratorias unilaterales que puedan frenar efectivamente a la migración centroamericana, sudamericana y de México hacia los Estados Unidos de Norteamérica. Siendo ya, de acuerdo con la ONU, la región de mayor intensidad migratoria global, es urgente pensar en nuevas políticas y estrategias regionales que permitan reducir la desigualdad, generar un movimiento migratorio con mayor orden y lograr reducir la migración irregular hacia los Estados Unidos de norteamérica.A pesar de los acuerdos logrados en el Congreso, lo cierto es que no se consiguió llevar a cabo una reforma fiscal lo suficientemente sólida como para lograr asegurarnos un crecimiento económico superior al 5% del PIB que se requiere año con año, para lograr así aprovechar nuestro llamado “bono demográfico”.Presenciamos igualmente este año que termina, que los avances logrados en materia de derechos humanos pueden verse afectados, y que el propio titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos puede ponerse del lado de actitudes conservadoras y retrógradas, que resultan deplorables viniendo de la cabeza de nada menos que el Órgano del Estado responsable del cumplimiento de los derechos humanos en nuestro país.Hemos aprendido también que la inequidad en que vivimos se traslada a casi todos los ámbitos de la vida institucional, y que incluso las instituciones responsables de velar por la impartición y la administración de la justicia pueden actuar a espaldas de los intereses y los derechos de las personas, más aún si éstas son pobres o viven en circunstancias de vulnerabilidad social.En ese contexto, la inseguridad y el clima de violencia a que están expuestos nuestros niños y jóvenes nos obligan a una reflexión mayor sobre las implicaciones del horror que significan las constantes ejecuciones de personas en acciones relacionadas con el narcotráfico y el crimen organizado, el cual ha alcanzado niveles verdaderamente espeluznantes en crímenes como el de la trata de personas.Confirmamos de la misma forma que la corrupción es uno de los principales enemigos de los pobres. Recursos económicos destinados al desarrollo social, a la reducción de la marginación e incluso recursos manejados desde iniciativas del mundo privado marcadas por la sospecha, como la Fundación Vamos México, terminan en los bolsillos de unos cuantos, quienes enriquecidos al amparo del poder público, contribuyen a la profundización de la desigualdad y a la inmoralidad que parece permear en los distintos niveles y órdenes de gobierno en todo el país.Por si fuera poco, la inestabilidad económica causada por la crisis inmobiliaria en los Estados Unidos, y la probable recesión económica que se avisora en aquel país, nos muestra nuevamente nuestra dependencia de la economía norteamericana y nuestra incapacidad de generar un proceso de desarrollo sostenido por nuestra propia cuenta.De otra parte, la catástrofe educativa que estamos presenciando a través de los magros resultados dados a conocer por los estudios PISA y las propias evaluaciones hechas por el INEE, nos dan cuenta de la urgencia de replantearnos completamente nuestro modelo educativo, así como las estructuras que perviven en el sistema educativo nacional.Por si fuera poco, la entrada vigor de las cláusulas pendientes del Tratado de Libre Comercio, básicamente en los capítulos agropecuario y automotriz, ponen en jaque a distintas ramas de la producción lo cual, aunado a la locura y sinrazón que imperan en la Secretaría de Economía, han situado a muchos de los productores nacionales al borde de la extinción productiva y comercial.Mientras todos estos saldos se acumulan, la falta de estadística social confiable y suficiente para realizar diagnósticos adecuados, para diseñar nuevas políticas públicas y tomar un nuevo rumbo en el país continúa afectándonos: sólo para citar un ejemplo, hay que considerar que la Encuesta Nacional sobre la Dinámica Demográfica 2006 aún no está disponible al público, y que el Censo Agropecuario apenas estará dándose a conocer el próximo año.Estos son nuestros saldos en 2007; aún con ello, debe señalarse que no se trata de generar un ánimo catastrofista; se trata antes bien de convocar a un diálogo nacional sobre cómo reencauzar a nuestro país y sobre cómo subsanar nuestras deudas con los más pobres. Quizá valdría la pena, en efecto, repensar si este gobierno, y si la Sedesol en particular, cuentan con las capacidades para responder a los dilemas sociales que enfrentamos, o si bien es tiempo de replantear la estructura institucional de todo el marco institucional para el desarrollo social. Es nuestro futuro como país, y no sólo el 2008, lo que está en juego.
sarellano@celdas.org

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