lunes, 3 de marzo de 2008

Salamanca: La catástrofe ecológica. El Correo

Por: Saúl Arellano, Lunes, 03 de Marzo de 2008

La cuestión social en Salamanca

INTRODUCCIÓN

De acuerdo con el Conteo Nacional de Población y Vivienda 2005, Salamanca registró una población de 233,623 personas, distribuidas en un total de 321 localidades.
Debe señalarse que en el caso de Salamanca se presenta un fenómeno de alta dispersión poblacional en muy pequeñas localidades, pues de las 321 señaladas, 302 tienen entre 0 y 999 habitantes; 17 localidades más tienen entre mil y 4, 999 habitantes; 1 tiene poco más de 12 mil personas; y en la cabecera municipal habitan poco más de 143 mil personas.
La distribución por género indica que en Salamanca hay más mujeres que hombres; en total el Conteo de 2005 registró 122,341 mujeres y 111,281 hombres. Por condición de edad, el grupo más numeroso es el de las niñas, niños y adolescentes pues hay más de 94 mil personas en el rango de los 0 a los 19 años; esto es, poco más de un tercio de la población se encuentra en ese grupo de edad; aún con ello, la edad mediana del municipio es ya de 25 años, lo que indica una rápida transición demográfica orientada hacia una población adulta cada vez mayor.
Asimismo, debe señalarse que en Salamanca se presenta una dinámica demográfica en la que la mayoría de las mujeres tienen hijos a edades tempranas, pues de las 93,520 mujeres de 12 años y más, sólo 29,366 reportaron no tener ningún hijo.


LA POBREZA EN SALAMANCA


De acuerdo con el CONEVAL, en 2005 el 15.9% de la población de Salamanca vivía en condiciones de pobreza alimentaria; esto es, 37,146 personas. Al respecto, debe puntualizarse que de acuerdo con UNICEF, hay una constante en el país en la que aproximadamente 60% del total de los pobres son niñas, niños o adolescentes; en esa lógica, de estos pobres, 22, 287 menores de 18 años estarían viviendo condiciones de hambre en Salamanca.
Asimismo, debe destacarse que de acuerdo con CONEVAL, 48% de la población se encontraba en pobreza de patrimonio, esto es 112, 139 personas, cifra cercana a la mitad de la población de la cabecera municipal, y mayor a la población de un municipio como Salvatierra.


LA MARGINACIÓN


Salamanca es de acuerdo con Conapo un municipio con un grado de marginación bajo (a diferencia de León, Celaya o Irapuato, cuyo nivel de marginación es "muy bajo").
Debe señalarse que a pesar de lo anterior, al igual que en el país y en el estado las desigualdades en Salamanca están a la orden del día. Del total de localidades, en el Índice de Marginación de Conapo 2005, 14 estaban ubicadas como de "Muy alta marginación" y 73 en "Alto Grado de marginación".
En las primeras 14 se ubicaban 885 personas, y en las 73 restantes 19,484. Asimismo, Conapo identificó 52 localidades con "Grado Medio" de marginación, en las que se ubicaban 21,681 personas.
Sin duda, estos datos representan en sí mismos un enorme reto a la administración pública municipal y estatal pues dotarlos de los servicios sociales básicos de los que carecen requieren de estrategias inteligentes y de alta eficacia para avanzar rápidamente en la solución de las necesidades de las 42 mil personas ubicadas en estas localidades.
Estos niveles de marginación implican, por ejemplo, que en Salamanca 49.32% de la población no ha concluido la educación secundaria; 42.5% de la población ocupada percibía hasta dos salarios mínimos y que 1 de cada 3 habitantes vivía en condiciones de hacinamiento.


EL DESARROLLO HUMANO


De acuerdo con el Índice de Desarrollo Humano Municipal, ajustado a 2006, Salamanca tiene un IDH de .7886, semejante al que se tiene en spromedio en Venezuela. Asimismo, en Salamanca, de acuerdo con el Índice de Rezago Social, 9.10% de las viviendas no contaban con sanitario o excusado (más de 4 mil viviendas) y 8.57% no disponía de servicios de drenaje (más de 21 mil personas).


LA CUESTIÓN ECOLÓGICA


Uno de los temas ineludibles en el análisis social de Salamanca es el relativo al medio ambiente. En otros artículos (publicados en el diario La Crónica ), he denunciado estos hechos y en el periódico Excélsior se han consignado las constantes críticas tanto al gobierno federal como al local en esta materia.
Salamanca es hoy, lamentablemente, la ciudad más contaminada de México y una de las de mayor contaminación en el continente.
De acuerdo con la nota de Marcela Turati, del miércoles 26 de septiembre de 2007, Salamanca registra una concentración atmosférica de dióxido de azufre del doble a las registradas en el Distrito Federal; y de acuerdo con el documento, que a pesar de las constantes críticas de Excelsior , no fue dado a conocer en Guanajuato, Salamanca, diagnóstico y alternativas de solución, elaborado por Semarnat, la ciudad de Salamanca puede ser catalogada como una "ciudad-veneno", con la complacencia de las autoridades.
A las condiciones de contaminación atmosférica hay que agregar todos los vertederos tóxicos que se arrojan al río Lerma, los cuales, junto con el drenaje que va directo al ío, han contribuido a convertirlo, de la cuenca más larga del país, al "drenaje" más extenso de México.


CONCLUSIONES


En Salamanca se perciben datos que muestran cómo a medida en que desciende la densidad poblacional, los problemas de pobreza y desigualdad se van haciendo más agudos, agravados con otros problemas sociales como la crisis ecológica que vive el municipio.
Es urgente que en Salamanca se desarrolle una nueva política social en la que se pueda plantear una estrecha vinculación entre el desarrollo humano y el desarrollo sustentable, a fin de construir un modelo que sea incluso extrapolable a todos los municipios de la entidad.
Será indispensable generar una nueva política de dotación de servicios sociales, que pueda tomar en cuenta la dispersión poblacional, y las características particulares de las localidades con baja densidad poblacional.
Salamanca requiere de una nueva política de transparencia a nivel local, que permita dar cuenta a la ciudadanía de los mecanismos de intervención federal y estatal, para garantizar la salud de sus habitantes y detener la crisis ecológica que afecta a la población.
Es urgente una nueva actitud ética y profesional de las autoridades para asumir la responsabilidad de llevar a cabo estudios serios sobre la salud y sobre las repercusiones de la contaminación en la población más pobre y vulnerable, a fin de garantizar en lo inmediato sus derechos económicos, ambientales, sociales y culturales.

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