domingo, 4 de mayo de 2008

Los Tiempos del 2008. Crónica

Por: Saúl Arellano Opinión
Domingo 4 de Mayo de 2008 Hora de publicación: 03:46
Uno de los mayores retos a que se enfrenta quien tiene la responsabilidad de tomar decisiones públicas, es el de tener la asertividad para prever probables escenarios, tanto en el futuro inmediato, como en el mediano y el largo plazo. Cuando esto no ocurre, los sistemas políticos y administrativos se ven entrampados en lógicas de “lo inmediato”, y en la indefinición de proyectos de largo aliento.Visto desde la teoría de sistemas, habría que pensar en que muchos de los sistemas políticos contemporáneos viven profundos procesos de paradoja; esto es, procesos en los que es tal el nivel de conflicto al interior del sistema, que se vuelve prácticamente imposible tomar decisiones.En ese sentido, nuestro país podría constituir un claro ejemplo de cómo los sistemas desarrollan tal nivel de “desorden”, que la decisión política fundamental se convierte en “la no decisión”, profundizando con ello cada vez más la paradoja; la mala noticia es que un proceso así no puede ir al infinito y que su punto final se encuentra en el colapso del sistema o de sus redes de funcionamiento.Estas consideraciones son pertinentes si se piensa en los niveles de polarización que estamos viviendo en nuestra nación, y la trampa en que se encuentran metidas las principales instituciones del país. El encono es nota de todos los días y la falta de capacidad para generar acuerdos se ha vuelto la característica predominante en todas las esferas del poder público.El riesgo para nuestra democracia consiste en que una lógica de posposición de la toma de decisiones, en aras de la sobrevivencia política y la exigencia permanente de solución de coyunturas, puede llevarnos a procesos de rendimientos decrecientes del sistema democrático que a su vez, pueden suscitar eventos si no catastróficos, sí de efectos negativos mayores para la cohesión e inclusión social.Bajo estas consideraciones, bien vale la pena pensar en los tiempos políticos en que nos estamos moviendo y los tiempos que están por venir en este 2008 y el próximo 2009.En primer lugar, es fundamental considerar que terminado el Primer Periodo Ordinario de Sesiones del Congreso en este año quedaron múltiples pendientes debido a la parálisis legislativa impuesta por las huestes perredistas. Quedó pendiente, por ejemplo, la definición de múltiples temas que debieron haberse discutido en el marco de la ley para la reforma del Estado.En este contexto, con un PRD plegado a los designios y órdenes del señor López, quien se asume, ya lo vimos todos, como la encarnación del “espíritu social” bajo la idea de que “el movimiento social es él”; con un PRI desafiante y constituyéndose como una opción electoral cada vez más atractiva para los electores que hoy no confían más en el PRD; y con un gobierno federal entrampado en sus propias inconsistencias, la agenda de los siguientes siete meses se complicará cada vez más y, de no generarse nuevas condiciones y lógicas de diálogo, probablemente nos llevará a una parálisis de mayor gravedad de la que hoy vivimos.Hay que considerar, por ejemplo, que en el segundo semestre se llevarán a cabo las revisiones contractuales de poderosos sindicatos, lo cual puede llevar a confrontaciones no deseadas y mayor rispidez social. Uno de los casos más importantes es el del Sindicato Nacional de Trabajadores del IMSS, el cual impondrá un reto mayor a la presente administración pues deberá asumir el debate y diálogo con uno de los sindicatos de mayor complejidad y dimensión en México. Viene además un recrudecimiento, al menos por lo que muestran los datos disponibles sobre las tendencias económicas globales, de la alza de los precios de los alimentos, con los consecuentes efectos sobre las capacidades productivas del campo y las condiciones del sector rural mexicano. La pregunta es si frente a ello, la nueva estrategia del gobierno federal alcanzará, no para reducir los niveles de pobreza que hoy tenemos (lo cual es obvio que no), sino para al menos paliar los efectos que seguramente ello tendrá en las condiciones de vida de los más pobres y vulnerables.Por otra parte, a partir de octubre iniciará la primera gran disputa de cara al 2009. Las suspicacias generadas por la nueva “estrategia antipobreza” llevarán probablemente a una de las discusiones más duras en torno al Presupuesto de Egresos del 2009, pues la disputa por los recursos y el control de los mismos para evitar su uso con fines electorales será mucho más complicada que la que pudo verse en la discusión del presupuesto para este año.Está por conocerse la evolución del combate al crimen organizado y los nuevos retos y ofensivas que han lanzado los grupos de narcotraficantes a las autoridades del Estado. Las ejecuciones no cesan; la corrupción y la impunidad parecen no reducirse; y la inseguridad, el miedo y la desesperación social pueden continuar creciendo, con resultados que es difícil prever.Hay nuevos frentes que se han abierto para el gobierno federal. El llamado al diálogo por parte del EPR, frente a la cada vez más evidente falta de experiencia y capacidades de la Secretaría de Gobernación, puede llevar a un nuevo laberinto a las autoridades, y al desequilibrio en el juego de fuerzas entre los grupos clandestinos armados que existen en nuestro país y que ésta y la pasada administración no han alcanzado a dimensionar aún.Vendrá una vez más a partir del mes de junio una fuerte temporada de lluvias, que amenaza otra vez al sur-sureste del país, el cual, por las constantes quejas y denuncias del Gobernador de Tabasco, aún no ha terminado de reconstruirse y la infraestructura social que se ha “reparado” aún no alcanza, ni ahí ni en Chiapas, para garantizar plena seguridad y certezas a la población de aquellas entidades y en general de toda aquella región del país. Para Yucatán, por ejemplo, ya se emitió el primer pronóstico del año sobre los probables huracanes en el Océano Atlántico. Así, el pronóstico pasó de 13 eventos considerados en diciembre de 2007, a 15 probables que se consideran con mediciones al mes de abril: siete tormentas tropicales, cuatro huracanes de intensidad menor a la “categoría 3”; y cuatro huracanes por arriba de la “categoría 3”; es decir, de alta peligrosidad.Los resultados en torno al debate sobre la reforma energética en el área del petróleo aún son inciertos. Nadie sabe a ciencia cierta si se logrará siquiera legislar con el consenso de todos en la materia, ni tampoco si se conseguirá llegar a una reforma que nos permita a todos contar con mayores capacidades y recursos para enfrentar un futuro a todas luces complicado.Hoy el gobierno está ante el desafío de construir las condiciones para la generación de un diálogo fructífero y de beneficio para todos. Es urgente construir los puentes necesarios y fortalecer las capacidades para la realización de discusiones inteligentes en las que todas y todos los actores políticos contribuyan a generar mejores opciones de desarrollo para el país.Hoy carecemos de una agenda política clara; y lo peor es que no se perciben acciones desde la Presidencia, que estén dirigidas a la construcción de propuestas que puedan anticipar el estallido de conflictos, ni tampoco para cerrar las divisiones y la confrontación que hoy tiene, lamentablemente, dividido a nuestro país. La capacidad de prever el futuro hoy, no es asunto menor. Se trata de avanzar y de reconstruirnos como una nación social generosa, y de evitar que la paradoja continúe creciendo. Hoy es urgente transitar, de una vez por todas, de las lógicas de la “no decisión”, hacia nuevas condiciones de tolerancia, acuerdo y construcción de consensos.

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