lunes, 17 de noviembre de 2008

Tierra Blanca: el peor lugar para los niños. Periódico El Correo

Por: Saúl Arellano, Lunes, 17 de Noviembre de 2008


Este municipio fue fundado originalmente como Villa en 1536, con el nombre de Santo Tomás de Tierra Blanca. Actualmente limita con los Municipios de Santa Catarina, San José Iturbide, Victoria y Doctor Mora, así como con el estado de Querétaro. Según los datos del Conteo de Población y Vivienda, 2005, este municipio tenía en esa fecha una población de 16,136 habitantes, de los cuales 7,731 eran hombres y 8,405 mujeres, por lo que su índice de masculinidad se situó en 92.0 hombres por cada 100 mujeres; índice ligeramente superior a la media estatal, lo cual constituye una excepción entre los municipios del noreste de la entidad. Destaca el hecho que, debido a esta tasa de crecimiento, la población del municipio es mayoritariamente infantil, pues el 40.8% de ella tenía menos de 14 años de edad en el 2005.
Así, al revés de lo que ocurre en prácticamente toda la entidad, la población de Tierra Blanca seguirá creciendo para llegar, de acuerdo con las proyecciones de población de CONAPO a 18,122 habitantes en 2012, de los cuales se estima que 8,568 serán hombres y 9,554 mujeres, esto es, un índice de masculinidad de 89.6, un descenso importante con respecto al 2005, considerando que la tasa de crecimiento de la población es casi del doble que la media nacional.
Según los datos de INEGI, esta población se agregaba en 2005 en 3,168 hogares, de los cuáles 2,530 estaban jefaturados por un hombre y 638 por una mujer (20%), uno de los porcentajes de hogares con jefatura femenina más bajo de la entidad.
De estos hogares, 1,695 (53%) tenían 5 miembros o más, lo que significa que 11,524 personas vivían integradas en hogares con 5 o más miembros, esto es 71.4% de la población.
Destaca sobre todo que 3,384 personas vivían en hogares de 9 o más miembros, lo que muestra el norme hacinamiento que se vive en el municipio.
Esto se refleja sobre todo en el hecho de que estos hogares vivían en 3,069 viviendas, de las cuales sólo 277 disponían de 5 o más cuartos, mientras que en contraste, 304 tenían un solo cuarto; 925 dos cuartos; y 1,053 (34%), tres cuartos, y de las cuales en al menos 152 había 9 o más habitantes.
LA POBREZA
Tierra Blanca es el tercer municipio con mayor porcentaje de población en pobreza. El 50.9% de su población en 2005 padecía pobreza alimentaria, es decir, 8,100 personas en situación de hambre.
Asimismo, según los datos del CONEVAL, el 59% de la población vivía en pobreza de capacidades, lo que equivale a 9,584 personas; y sorprendentemente, el 77.3% de la población, es decir, 3 de cada 4 personas vivían en pobreza de patrimonio, lo que en números absolutos es equivalente a 12,489 personas pobres en el municipio.Tierra Blanca es uno de los municipios en donde se confirma la tesis del PNUD, en el sentido de que a los más pobres no les queda ni como opción migrar; lo que en efecto se percibe en el Índice de Intensidad migratoria en donde, comparado con el resto de los municipios de la entidad, Tierra Blanca aparece como un municipio de migración media, pues en el año 2000 sólo el 3.87% de los hogares del municipio recibían remesas.
Así pues, se confirma que los pobres no tienen ni siquiera el escape de la migración.
LA MARGINACIÓN
Tierra Blanca contaba en 2005 con 60 localidades de las cuales 21 fueron catalogadas por CONAPO como de "Muy Alta Marginación", con una población de 829 personas; 37 localidades más en "Alta marginación, en las que vivían 12,780 personas, y 2 localidades más de "Marginación media".
Con base en estos indicadores, Tierra Blanca es junto con Atarjea y Santa Catarina, los únicos municipios de la entidad sin ninguna localidad de Baja o Muy Baja Marginación en 2005.
Sin embargo, debe señalarse que desde esta perspectiva, Tierra Blanca es de estos tres municipios, el que mayor proporción de personas marginadas tiene en la entidad.
Estos niveles de marginación implican que Tierra Blanca tenía en 2005 un 43.4% de personas sin drenaje en sus viviendas; un 11.25% carecía de servicios de energía eléctrica; el 19.24% carecía de agua entubada al interior de su vivienda y el 30% de su población habitaba en viviendas con piso de tierra.
Lo más destacado de este municipio es que en 2005 presentó el mayor porcentaje de personas hacinadas en la entidad, pues el 63% de sus viviendas presentó esta condición.
Asimismo, vale la pena destacar que Tierra Blanca es uno de los 10 municipios del estado que tienen al 100% de su población en localidades de menos de 5 mil habitantes, y en ese sentido, es sólo después de Victoria, el municipio con mayor proporción de personas en esta condición a nivel estatal.
En general, debe destacarse que en 2005 Tierra Blanca se situó como el cuarto peor lugar estatal en marginación.
EL DESARROLLO HUMANO
Los indicadores de Tierra Blanca en materia de desarrollo humano no son muy alentadores; en efecto, en lo que se refiere al cumplimiento del derecho a la educación en el municipio, en 2005 presentó un 25.9% de personas mayores de 15 años analfabetas, ocupando el segundo peor lugar en este indicador en el estado, sólo por arriba de Santa Catarina, en donde en ese año fue superior al 29%.
Esto significa que en ese año, de los más de 9 mil personas mayores de 15 años, 2,468 no sabían leer ni escribir, de los cuales 923 eran hombres y 1,545 mujeres.
Asimismo, el 41.47% de la población mayor de 15 años no había concluido en 2005 sus estudios de educación primaria, esto es, 3,983 personas; asimismo, el CONEVAL reportó que el 69.43% de la población mayor de 15 años no había completado sus estudios de educación secundaria, esto es, 6,620 personas. Por otro lado, INEGI contabilizó que el 6.69% de las niñas y niños de 6 a 11 años de edad no asistían a la escuela, lo que se tradujo en ese mismo año en una cifra de 101 niñas y niños que se vieron privados de su derecho a la educación, además de 366 niñas y niños de 6 a 14 años que no sabían leer ni escribir.
Como resultado en Tierra Blanca se tuvo un promedio de escolaridad de 5.43 grados cursados por persona.
En materia de salud, Tierra Blanca presenta un negro panorama para sus niñas y niños pues registró en 2005 la peor tasa de mortalidad infantil, la cual no sólo no se redujo entre el 2000 y ese año, sino que tuvo un ligero incremento lo cual significa un mayor número de muertes infantiles, tanto en términos porcentuales como absolutos.
Así, la tasa en cuestión pasó de 38.13 muertes por cada mil nacidos vivos en el año 2000, a 38.54 en 2005. Comparada a nivel internacional, esta tasa es similar a la que presentó Iraq en el año 2006, aún en medio de la guerra que vive.
En términos de desigualdad de ingresos, en Tierra Blanca los hombres percibieron en 2005 un promedio per capita de 7,492 dólares, mientras que el ingreso de las mujeres llegó a sólo 2,224 dólares.
Esto implica una desigualdad de 3.36 veces más ingresos para los hombres que para las mujeres.
Como resultado de todo lo anterior, Tierra Blanca se mantuvo como el segundo peor municipio de la entidad en IDH y permanece dentro de los peores 500 a nivel nacional en cuanto al desarrollo humano se refiere.
CONCLUSIONES
La muerte de niñas y niños por causas prevenibles es una vergüenza para cualquier sociedad. Más aún para una entidad con las capacidades que tiene Guanajuato. Lo que cuesta uno de los "puentes inútiles" construidos en León, hubiera alcanzado para reducir, al menos a la mitad, la tasa de mortalidad infantil de un municipio como Tierra Blanca, lo cual es muestra de que al Gobierno del estado le siguen interesando más las "obras de relumbrón" que salvar la vida de niñas y niños pobres.Los indicadores educativos y de marginación en el municipio son de pena; y a estas alturas el "argumento" de la dispersión poblacional ha dejado de ser válido si se consideran las capacidades tecnológicas que existen.
No hay argumento por el que se pueda justificar la desigualdad, el atraso y el olvido en que vive un municipio como Tierra Blanca.
UNICEF sostiene que el lugar que se le da a los niños en la política pública es la mejor evidencia de las prioridades y valores de los gobiernos. En ese sentido, el Director General de la FAO sostiene que dejar morir a niñas y niños por enfermedades curables o por hambre, debería ser considerado como un homicidio imprudencial; habría que ver lo que opinan los funcionarios responsables.

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